martes, diciembre 12, 2006

Diagnostican estrés a vacas venezolanas


El Gobierno venezolano acaba de firmar un convenio para financiar la recuperación de una planta láctea en Argentina. 80 millones de dólares gastará el Ejecutivo nacional para elevar la producción de leche en un país que es una potencia agrícola en materia de carne de res.

Mientras tanto el sector agropecuario venezolano reporta el aumento de secuestros de ganaderos, nuevas intervenciones de fincas productivas y la caída de la producción.

Todo este panorama, además de la tensión política electoral de los últimos días, tiene estresada a las vacas venezolanas.

Nuestras muy lindas vaquitas no sólo tienen detrás de ellas a los toros, ansiosos por montarlas, sino también a la guerrilla y a los grupos de extorsión que las acosan con armas en la sien para cobrarles un seguro como garantía de que no las van a secuestrar. Asimismo, está la gente del Instituto Nacional de Tierras y la Guardia Nacional quienes las amenazan con quitarles el pasto donde comen y descansan. Para colmo sufren porque el Gobierno prefiere alimentar las vacas de otro corral en Argentina y dejarlas mamando en el llano. Se desconoce que efecto tendrá sobre su psiquis la entrada de Venezuela al Mercosur, sobretodo porque tendrán que cambiar el joropo por el tango.


Y pese a todo esto, cada madrugada los ganaderos se empeñan en succionarles hasta la última gota de leche que puedan dar las pobres vacas a fin de garantizar el marroncito de todas las mañanas.

¿Pero señores, cómo pretenden ustedes que las vacas produzcan más con semejante tensión?

O es que no saben que ellas también tienen sus períodos de estrés normales de cada hembra de la especie viva. Vamos a tratar de hacer algo para que nuestras vacas no sufran tanto y entonces puedan volver a la normalidad.

Porqué el Estado venezolano descuida a sus vacas y alimenta el vientre del vacuno porteño. Es lo mismo que sucede en muchos hogares venezolanos, los hombres se gastan la plata en cerveza y mujeres de la calle; mientras su familia se muere de hambre.

Esto no puede ser! tenemos que luchar por los derechos de las vacas venezolanas. Para que puedan comer en paz el pasto de cada día y yo vuelva a tener mi vaso de leche fría donde mojar el pedacito de pan andino y la galleta de chocolate.

PD: dibujo extraído de web.madritel.es

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