miércoles, diciembre 31, 2008

Sólo 2.500 dólares para gastar en el exterior


Se concretó la medida de reducción del cupo de dólares para usar las tarjetas de créditos al exterior. Ahora los venezolanos dispondrán de 2.500 dólares anuales para gastar, de 400 dólares para compras por internet, y podrán retirar hasta un máximo mensual de 250 dólares por cajeros automáticos en el exterior. El cupo de dólares en efectivo quedó en 500 dólares anuales o el equivalente en euros. La providencia de Cadivi esta en: http://www.cadivi.gob.ve/normativa/pdf/provid_093.pdf


En exclusiva el diario El Nacional publicó la medida antes que saliera en la página web de Cadivi.



EL NACIONAL - Miércoles 31 de Diciembre de 2008
Empresas y Negocios/8

Empresas y Negocios

DIVISAS Prohíben las operaciones en las zonas fronterizas


Cupo anual para viajes en el exterior bajó a $ 2.500

Representantes de Cadivi se reunieron con los tesoreros de los bancos para anunciar la medida


A partir del próximo primero de enero comienza la política de austeridad. El gobierno del presidente Hugo Chávez decidió que la asignación anual para compras y consumos en el exterior con tarjetas de crédito pase de 5.000 a 2.500 dólares. De esta manera se devela el anuncio realizado en días pasados por el ministro de Economía y Finanzas, Alí Rodríguez Araque, de la posibilidad de un recorte en el cupo anual en divisas ante la caída de los ingresos petroleros que se prevén en 2009.

En esa oportunidad indicó que la medida se hace necesaria ante las "circunstancias" que rodean la situación económica mundial que afectará el mercado petrolero. "Ante una caída de los ingresos, se ahorra", dijo.


En la última Gaceta Oficial del año se publicará una resolución con la medida adoptada, la cual contempla la reducción del retiro de efectivo a través de cajeros automáticos de 400 a 250 dólares mensuales, así como de los 500 dólares o 400 euros anuales del efectivo para viajeros, que anteriormente era de 600 dólares y 500 euros. El cupo para compras por Internet permanecerá en 400 dólares.

Representantes de la Comisión de Administración de Divisas, entre ellos Luis Beltrán González, consultor jurídico, y Yajaira Castillo, gerente de Operaciones, se reunieron en la tarde de ayer con los tesoreros de las distintas instituciones bancarias del país para anunciar los alcances de la medida. Por cierto, Cadivi informó que debido a trabajos de mantenimiento en el sistema la atención personalizada y telefónica concluirá al mediodía de hoy.

La resolución contempla la prohibición de operaciones con la tarjeta de crédito en las regiones cercanas a la frontera con Venezuela, entre ellas, la ciudad de Cúcuta, en donde en las últimas semanas se incrementó la presencia de venezolanos que esperaban usar lo último que le quedaba de su cupo en dólares. Igualmente se tomó la decisión de que Cadivi no autorizará la asignación anual en divisas a aquellas tarjetas de crédito que no tengan como mínimo seis meses de expedida por una institución bancaria. Es decir, que aquel cliente al que se le haya entregado su tarjeta en el mes de diciembre de este año tendrá que esperar hasta junio próximo para iniciar los trámites. El uso del cupo en divisas ha registrado algunas modificaciones.

El pasado primero de enero redujo la asignación para las compras a través de Internet de 3.000 a 400 dólares anuales y se prohibió el uso de las tarjetas prepagadas para viajar al exterior. Las razones ofrecidas por la Comisión para tomar esta decisión fue la serie de irregularidades cometidas por los tarjetahabientes, como la supuesta venta de los cupos. Las razones para reducir el cupo para los viajes y compras en el exterior son económicas. "Estamos tomando una serie de medidas a fin de cuidar al máximo posible la liquidez en dólares dada la situación que ya todos conocemos", dijo Rodríguez Araque al anunciar la medida que para muchos venezolanos hará que las uvas de esta noche sean verdes.

miércoles, octubre 01, 2008

Aumenta la cantidad de productos que no se consiguen en los supermercados



El Nacional 01 de octubre de 2008

Mercados y Consumo

INFORME Alimentos, bebidas y productos del hogar son los más afectados

En los anaqueles de supermercados falta casi la mitad de los productos

El estudio realizado por GS1 revela que los consumidores ya no son fieles a las marcas

La falta de productos en los anaqueles de los supermercados, hipermercados farmacias y otros comercios de autoservicio es de 48,1%, según el cuarto estudio de Productos Faltantes, efectuado por la empresa de consultoría GS1 que mide la efectividad en la distribución y colocación de los artículos en los puntos de venta.

Venezuela, comparada con otros países latinoamericanos, posee un alto índice de ausencia de productos, el promedio de la región es de 22% y en algunos casos por debajo de 7% como algunas naciones andinas.

Ricardo Rizzi, gerente comercial de GS1 Venezuela, aclara que este informe no se refiere directamente a escasez o desabastecimiento, aunque los problemas de importación, falta de divisas, permisos y otros que inciden en la elaboración de productos de consumo masivo, terminan afectando los inventarios de los comercios. "Cuando las empresas tienen problemas de abastecimiento, por ejemplo, que no consiguen empaques o tienen bajo inventario de materia prima para producir, se ve afectado el suministro a las cadenas de autoservicio e indudablemente se reducirá la disponibilidad del producto al consumidor", apunta Rizzi.

Igualmente señala que la demanda que supera con creces la oferta de los productos es otro indicador que incide en la disponibilidad de mercancía en los pisos de venta."El índice de faltantes se mide por los productos que han sido elaborados o están en proceso de fabricación, pero que por alguna razón, bien sea problemas de despacho o ineficiencia de la cadena de suministros, no llegan a exhibirse en los estantes de los comercios y por ende no están disponibles para que el consumidor los adquiera".

Por categorías, los alimentos son los que mayor porcentaje de ausencia tienen en los comercios con 53,1%. Seguido de bebidas con 51,8%, mantenimiento del hogar 51,8%, cuidado personal 46%, y consumo impulsivo (galletas, dulces, pasapalos entre otros) con 38,2%. En Valencia, Maracay, y Caracas se reporta el más alto índice de faltantes de productos en los autoservicios.

Rizzi advierte que la ausencia de artículos genera problemas de comercialización para proveedores y detallistas, que se refleja en menos ventas. Además, causa la insatisfacción de los consumidores que deciden cambiar de marca, dejar de comprar o desplazarse a otros establecimientos hasta que encuentran el producto de su preferencia.

Incluso ante la falta de productos, los consumidores sienten la sensación de escasez, pese a que en realidad estos artículos se encuentren en la trastienda de los autoservicios."El consumidor ha dejado de ser fiel a una marca y está más preocupado por encontrar los productos que por las comodidades que ofrece un establecimiento sin importar la ubicación. Lo que busca es el abastecimiento", explica Rizzi.

¿De quién es la culpa?La responsabilidad de que un producto no esté en el anaquel es compartida por proveedores y detallistas. En el caso de los primeros se ven afectados por problemas para producir.Mientras que en la tienda lo más común es el problema de reposición de la mercancía que debe ser trasladada por el pasillero desde el almacén que está en el mismo piso de venta o también llamado trastienda, hasta el estante.

Los promotores de los proveedores también tienen una cuota alta de responsabilidad al no exhibir los productos de forma inmediata para que los consumidores la adquieran."En muchos comercios de autoservicio no hay un control del inventario y cuando se dan cuenta de que no está el producto, la reposición no se hace inmediatamente".

La mercancía mal ubicada es otra razón para que los consumidores no encuentren los productos.También afecta los productos en mal estado y que los encargados de la tienda no ordenen a tiempo los pedidos para garantizar un inventario que se adapte al consumo. Curiosamente el estudio reseña un alto índice de faltantes entre viernes y domingo, cuando debería garantizarse un mayor suministro por el aumento de las visitas de los consumidores a los autoservicios.

En la mayoría de los casos, los productos que han pasado por distintos procesos a la hora de ser despachados se quedan en los últimos 60 metros que separan las fábricas de las cadenas de venta. Rizzi sostiene que la falta de productos debe ser vista como una oportunidad para que la cadena de suministro aplique medidas que le permitan ser más eficiente para garantizar el abastecimiento."48,1% de faltantes de productos representa un potencial de mercado de 610 millones de dólares que se puede aprovechar si se garantiza un mejor abastecimiento", señala.

Entre las medidas que se aplican para reducir los faltantes con un mínimo de 8%, está sacar los productos de la trastienda hasta el anaquel de manera inmediata. "No hace falta cambiar de sistema o contratar más personal, simplemente estar pendiente para sacar los productos y ponerlos en exhibición". Otra de las formas para reducir la ausencia de productos es la verificación del inventario de acuerdo con el ciclo de compra de los consumidores, mejorar la distribución y el uso del espacio en los anaqueles y realizar una promoción efectiva de los productos.

lunes, septiembre 29, 2008

Plan alimentario se sustenta en importaciones

EL NACIONAL - Domingo 28 de Septiembre de 2008

Mercados y Consumo

BALANCE Advierten que la falta de productos en los anaqueles no se ha resuelto

Plan de seguridad alimentaria se sustenta en importaciones

Las compras externas de los sectores público y privado pueden superar los 6 millardos de dólares
KATIUSKA HERNÁNDEZ

El plan de seguridad alimentaria implantado por el Gobierno para lograr que Venezuela sea un país autoabastecido, hasta ahora se ha sustentado en las importaciones de productos de primera necesidad y en parte de la producción nacional de cereales y hortalizas, dos de los sectores en los que existe abastecimiento.

Para el cierre de 2007, las cifras mostradas en los indicadores de los 9 años de revolución bolivariana reflejan que la producción de rubros vegetales subió de 15,77 millones de toneladas en 1998 a 19,57 millones. El ministro de Agricultura, Elías Jaua, ha declarado que la meta del Gobierno es alcanzar una producción anual de 22 millones de toneladas para atender el consumo.
Los resultados mostrados por el Ejecutivo con el crecimiento de las hectáreas sembradas de arroz, maíz, café y los recientes planes para impulsar el cultivo de caraotas y girasol son un avance. Pero aún el país es deficitario en leche, carne, azúcar y algunas oleaginosas. En el caso de la carne de res la producción nacional no logra atender el consumo que pasó de 15 kilos a 20,5 kilos por persona al año.Hay otros rubros que por las condiciones climáticas no se podrán producir en el país, como el trigo, que seguirá siendo uno de los principales cereales de importación.

En los últimos meses el afán del Gobierno para resolver la escasez de alimentos en los supermercados, mercados municipales y en las bodegas de Mercal ha impulsado las compras externas de privados y del sector público.

Entre enero y septiembre la liquidación de divisas solicitadas a través de Cadivi y entregadas por el Banco Central de Venezuela para el sector de alimentos llega a 3,32 millardos de dólares. Pero esos números no incluyen las compras que hace mensualmente el Gobierno a través de la Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas, para Mercal; ni la facturación externa para surtir las bodegas de Pdval.

Juan Socías, presidente del Grupo Soluciones Consultores, dijo que al cierre del año las importaciones totales, sumando compras públicas y privadas, pueden sobrepasar los 6 millardos de dólares, lo que significará un incremento de 3,44% con respeto a los 5,84 millardos de dólares que se gastaron en 2007."Aún falta el gran flujo de mercancía que siempre llega entre octubre y noviembre para atender la alta demanda de Navidad y allí se pueden disparar las compras foráneas", agregó.

El presidente de Conindustria, Eduardo Gómez Sigala, advirtió que el problema del suministro no se ha resuelto."Hay una sensación de abastecimiento, pero es por la cantidad de importaciones que se han realizado, no por el aumento de la producción de alimentos procesados". Señaló que las empresas del sector de alimentos aún tienen una capacida ociosa que no se ha podido reactivar por la falta de estímulos como mejores precios y garantía de suministro de materia prima.

A largo plazo. El presidente de Fedeagro, Gustavo Moreno, reconoce el esfuerzo que se ha hecho en financiamiento y otras medidas para recuperar el sector agrícola; pero cree que hace falta un plan a largo plazo que estimule un incremento en aquellos rubros que, aunque se importan, se pueden desarrollar en el país, como soya, girasol, caraotas y otros. Insiste en que se elimine la política de control de precios que representa "una camisa de fuerza para los agricultores".

El profesor del IESA, Carlos Machado Allison, aclaró que ninguna nación en el mundo produce todo lo que consume."Es normal que los países tengan una balanza comercial de importaciones y exportaciones. Lo que debe hacerse en Venezuela es desarrollar aquellos rubros en los que somos competitivos y crear un plan de exportaciones", propuso.Actualmente el país vende al exterior algunas frutas tropicales, café molido de la empresa socialista Café Venezuela y cacao.

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miércoles, septiembre 24, 2008

Con el control los precios suben más



Todo más caro con la regulación


En la era de los controles gubernamentales, los alimentos suben de precio más rápido que durante la época en que la economía funcionaba libremente


KATIUSKA HERNÁNDEZ

khernandez@el-nacional.com

La política del Gobierno de frenar la inflación por medio de los controles de cambio y de precios ha demostrado ser un fracaso. Después de 5 años y medio de aplicación de estas medidas, el resultado está a la vista: precios que suben a tasas cada vez más rápidas y constantes episodios de escasez en los comercios.

El Gobierno ha tenido que aplicar medidas de emergencia para evitar que la falta de productos sea permanente y ha recurrido a importaciones masivas de alimentos para abastecer los anaqueles de supermercados y comercios oficiales como Mercal y Pdval.
Aunque en este momento la escasez de productos en los supermercados ha descendido de 33% a 9%, según cifras de Datanálisis, no deja de preocupar el alto índice de inflación que destruye el poder adquisitivo de la población. En períodos en que la economía no estuvo sometida a regulaciones como el congelamiento de precios, la inflación no registró una aceleración tan acentuada como ahora.

El economista y profesor de la UCV Jesús Casique señala que entre 1999 y febrero de 2003, cuando no existían ni el control de cambio ni la regulación de precios, la inflación acumulada fue de 117%. En cambio, entre marzo de 2003 y agosto de 2008 -período de vigencia de los controles-, el índice de precios al consumidor suma un alza de 178%. La inflación acumulada en los 9 años y 8 meses del gobierno de Hugo Chávez llega a 498%.

En el caso de los alimentos, desde enero de 1999 hasta febrero de 2003 el índice de precios al consumidor fue de 88,8%. Pero después de imponerse el régimen de control, la inflación en este segmento fue mayor. Entre marzo de 2003 y agosto de este año la inflación en alimentos y bebidas no alcohólicas se aceleró 272,8%. "Esto significa que los alimentos, bajo el control de precios, aumentaron 3,07 veces", agrega Casique.



Alza explosiva Para el cierre de agosto, el Banco Central de Venezuela reportó que la inflación de alimentos y bebidas no alcohólicas durante los últimos 12 meses llegó a 50,7%. "Los controles han sido un fracaso en la economía. Esto se debe a una razón elemental, y es que el control de precios se convirtió en un congelamiento. No hay una política planificada de revisión constante de los costos de producción ni de los precios finales", sostiene el economista. La rectificación en algunos rubros se tomó sólo después de comprobar los costos que para el Gobierno ha significado la situación de escasez.


"Hay que flexibilizar los controles de precios y de cambio, la agroindustria ha tenido problemas con la liquidación de divisas para importar bienes e insumos".

Casique agrega que la política de aprobación de divisas tampoco ha sido efectiva. "Algunas empresas no han recibido los dólares que necesitan y luego, aunque Cadivi autoriza, el BCV no liquida todas las divisas que se requieren". El reporte de Cadivi entre enero y el 12 de septiembre indica que el organismo aprobó 3,24 millardos de dólares para la importación de alimentos, mientras que el BCV liquidó 3,23 millardos de dólares.

Para el total de los sectores, las autorizaciones del organismo cambiario llegan a 18,9 millardos de dólares, y lo entregado por el BCV suma 17,8 millardos de dólares. Esta diferencia, según Casique es un ejemplo de que no se está entregando la totalidad de las divisas autorizadas.

Cambio de estrategia Voceros del Gobierno no se atreven a reconocer públicamente el fracaso del control de precios. Constantemente los ministros de Alimentación y Agricultura, Félix Osorio y Elías Jaua, respectivamente, defienden esta política y advierten que se seguirá aplicando durante mucho tiempo.

Pero en los últimos meses el Ejecutivo ha tenido que aceptar que no puede mantener anclados indefinidamente los precios de los productos alimenticios.

La presión por el aumento de la materia prima agrícola y de productos terminados en el mercado internacional, además del costo político que supone para la popularidad del Gobierno la escasez en los supermercados y bodegas, han obligado a aumentar los precios de los artículos de la canasta sujeta a regulación.

En un año se han autorizado incrementos de precios de varios alimentos en más de 30 oportunidades, además se decidió excluir del control algunos artículos, como la harina de trigo, leche de larga duración, huevos, chuletas y pernil de cerdo, atún al natural y enlatado, mortadela, avena y sal.

Otra de las medidas aplicadas ha sido crear mecanismos para agilizar la entrega de dólares para alimentos por el sistema de pago a la vista. En este mecanismo participan por ahora importadores de trigo, oleaginosas, lácteos, carne de res y el sector avícola incluyendo la elaboración de alimentos balanceados.

También se decidió exonerar de impuestos las importaciones de alimentos, así como de la obligación de presentar ante Cadivi los certificados de no producción o de producción insuficiente. Igualmente se libró a estas empresas de solicitar las solvencias de los distintos organismos públicos como el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, el Inces y la constancia de estar al día con el aporte al Régimen Prestacional de Vivienda y Hábitat.

Mejora el abastecimiento La revisión en el último año de casi todos los productos que integran la lista de alimentos regulados impactó el índice de precios al consumidor, según se refleja en los reportes mensuales del Banco Central de Venezuela referidos a la inflación.

Pero en la práctica, antes de anunciarse estos aumentos ya los venezolanos estaban pagando altos precios por los productos. Bien sea en ventas informales o en bodegas y en algunos mercados, los precios de la leche, la carne de res, el pollo, las caraotas, el arroz, azúcar y las pastas superaban el monto regulado.

La revisión de precios, sin embargo, ha permitido que se equilibre el abastecimiento. Incluso hay productos que se venden ahora por debajo del precio regulado, como el pollo.

El aumento de la producción nacional ha permitido que los detallistas ofrezcan precios más bajos al consumidor. En el caso de la leche, las facilidades para importar, aunada a unos mejores precios, permitieron que se recuperara la oferta de este producto en los establecimientos.

"No hay producto más caro que el que no se consigue", expresó Luis Vicente León, director de Datanálisis, al indicar el costo que tuvo para el consumidor no encontrar los alimentos, principalmente el año pasado y hasta febrero de 2008 cuando el índice de escasez sobrepasó el 30%. El tiempo que invirtieron los venezolanos en buscar los alimentos, según Datanálisis, fue de 8 horas al mes, lo que significó un día laborable. Además, las compras ya no se hacían en un solo establecimiento. Fue característico, y en algunos casos lo sigue siendo, que el consumidor recorriera entre 3 y 4 establecimientos para encontrar el producto que necesitaba.

El ministro de Finanzas, Alí Rodríguez Araque, anunció a principios de septiembre que se había estructurado una comisión interdisciplinaria integrada por funcionarios del Banco Central de Venezuela, el Instituto Nacional de Estadística y los ministerios del área económica incluyendo el Indepabis, para analizar los porqué de la inflación en el país.

El funcionario indicó que en los últimos tres meses se registró una leve desaceleración de los precios de los bienes y servicios. "Hemos venido haciendo un esfuerzo consistente para desacelerar el incremento intermensual de la inflación, y le tenemos la buena noticia que cerramos otro mes (agosto) con un proceso de desaceleración. En agosto fue de 1,8%, en julio de 1,9% y en junio de 2,4%;como se ve, los incrementos intermensuales van descendiendo lenta pero sostenidamente", señaló.

Rodríguez Araque atribuyó esa desaceleración a la decisión de excluir de la regulación algunos rubros. Mientras que el alza en la inflación en términos generales se la atribuye al encarecimiento de los alimentos, del transporte y de algunos servicios como restaurantes y hoteles.

"En el caso del impacto de la inflación en el área de alimentos, estamos atacando el problema tratando de elevar la producción nacional para mantener el abastecimiento en el país", agregó. Para el Gobierno, el índice de escasez de alimentos se ubica en menos de 10% y el de ausencia de productos en los anaqueles se ubica en 20,7%. Pese al esfuerzo de promover la producción nacional, se mantiene la dependencia de las importaciones.

Analistas indican que los precios internacionales seguirán estando altos y que esa inflación se trasladará a Venezuela. "Estamos importando la inflación de otros países mientras no se hace nada para elevar la producción nacional", indica Luis Vicente León.

El Gobierno sostiene que las compras en el exterior deben mantenerse por ahora. Según el Ministerio de Alimentación, las importaciones de productos de la cesta alimentaria se dispararon 17% en el primer semestre, al pasar de 2.617.000 toneladas a 3.064.000 toneladas. Un porcentaje importante de esas toneladas de productos fue comprado por el propio Ejecutivo para abastecer las redes de bodega de Mercal y Pdval. En estos comercios la proporción de producto importado y nacional es de 60% y 40% en promedio.

Indicador

Lo que ha subido

En un año el Gobierno incrementó los precios de los alimentos en 30 oportunidades. En octubre de 2007 el aceite subió 24,3%, luego de 3 años sin variación. El pan también experimentó un alza de 20% ese mes y las pastas subieron 58%. Pero el incremento de la materia prima como el trigo, que se cotiza entre 700 y 1.000 dólares la tonelada en el mercado internacional, así como el aceite crudo de maíz, que ha superado los 1.200 dólares la tonelada, hizo que en agosto el Ejecutivo volviera a autorizar un nuevo aumento de estos alimentos, entre 23% y 72% en promedio. En 10 meses, el azúcar ha subido 49%; la leche cruda, 36,3%; la pasteurizada y en polvo entre 30% y 37,8%; la harina de maíz, 47,85%; el maíz, el sorgo y el arroz al productor entre 30% y 44%; los quesos, 40,6%; las caraotas, 48,2%; la carne de res, 50,17%; la mayonesa, 51,51%; la margarina, 36,1%; la salsa de tomate, 110%, y la chuleta de cerdo y las costillas entre 0,1% y 2,94%. Epígrafes "En un año se han autorizado incrementos de precios de varios alimentos en más de 30 oportunidades" "La revisión de precios, sin embargo, ha permitido que se equilibre el abastecimiento" Las cifras 20,7% es el índice de ausencia de productos en los comercios, según el reporte de agosto del BCV 9% es el índice de escasez de Datanálisis para la primera quincena de septiembre

Los alimentos son más caros en Venezuela que en otros países Latinoamericanos



EL NACIONAL - Miércoles 24 de Septiembre de 2008


Mercados y Consumo


INFORME La crisis de los altos precios afecta a varias naciones del continente

Los alimentos en el país están entre los más caros de la región
Pese al incremento salarial, la inflación carcome el poder de compra de la población

KATIUSKA HERNÁNDEZ

El alza de los precios de los alimentos afecta a todos los países Latinoamericanos. La primera reacción de varias naciones ha sido revisar la política de comercio de alimentos para impedir que algunos rubros estratégicos se exporten en momentos en que la demanda interna puede estar sometida a problemas de escasez.


La crisis mundial de alimentos causada en parte por el incremento de los precios del combustible, encarecimiento de los fletes de transporte, aumento del consumo internacional en países desarrollados, el uso de cereales, como el maíz para la fabricación de etanol, y algunos factores climáticos, han encarecido los precios de los principales productos de primera necesidad.


La inflación es uno de los grandes problemas que tienen los países de la región. Venezuela es la nación con mayor índice de precios de los bienes y servicios al consumidor, pese a tener una política de control desde marzo de 2003.


El ministro de Alimentación, Félix Osorio, ha admitido que la inflación mundial afecta por igual al mercado venezolano. Pero sostiene que hay países de la región donde los precios son más caros que en Venezuela.Sin embargo, a través de un sondeo efectuado con el apoyo del Grupo de Diarios América, se constató que aunque la inflación incide en todos los países de la región, en Venezuela los precios de los productos básicos siguen estando por encima de la media.


La inflación entre enero y agosto en el país se coloca en 19,4%, mientras que en Ecuador es de 7,94%, seguido de Uruguay con 6,98 y Colombia con 6,74%.Productos como el pollo, la leche, la carne de res, el azúcar, los huevos, y en verduras y hortalizas el tomate y la cebolla, así como la papa son más caros en Venezuela que en otros países.


A pesar de tener el salario mínimo más alto de Latinoamérica con 372 dólares mensuales (799,23 bolívares fuertes), el índice de inflación hace que la población venezolana que depende de ese ingreso, no pueda costear por completo la canasta alimentaria, que en promedio en Venezuela, según el Instituto Nacional de Estadística, cuesta 781,78 bolívares fuertes (312,71 dólares) al mes. Si una familia depende sólo de un salario mínimo se le hará difícil cubrir los alimentos.


Un estudio realizado por Matías Riutort, profesor del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bellos, indica que en Venezuela casi 90% del salario mínimo se va en cubrir el valor de la canasta de alimentos. Por tanto, advierte que no es cierto que Venezuela tenga el mejor salario mínimo de América Latina, aun cuando es el más elevado en términos de dólares.


Explica que Argentina y Chile han tenido durante los últimos tres años los mejores salarios mínimos de la región. Actualmente en Argentina –agrega–, con tan sólo la mitad del salario mínimo se puede cubrir el valor de la canasta de alimentos, en la segunda posición se encuentra Chile, país donde se pueden comprar los productos básicos con 65% del salario. Mientras que en Colombia se puede utilizar casi la totalidad del salario en la compra de alimentos, y en otros países, como Brasil, Bolivia, Uruguay y México, ni siquiera alcanza para cubrir el gasto de productos esenciales.




Panorama regional. La empresa Nielsen señala en un estudio presentado en el Tercer Congreso Panamericano de la Asociación Latinoamericana de Supermercados, realizado en Guatemala este mes, que los consumidores de todos los países de la región, están preocupados por el alza de los precios de los alimentos.


La tendencia de los compradores en Latinoamérica apunta a racionar el consumo, migrar hacia marcas más económicas y la búsqueda de alternativas que le permitan ahorrar."El consumidor se ve obligado a evaluar cómo distribuye su gasto de alimentos, ante los gastos fijos que ha adquirido como pago de vivienda, gastos de transporte, combustible, servicios entre otros", refiere el reporte.En la mayoría de los países los alimentos absorben la mayor proporción del gasto como consecuencia de los incrementos de precios.


"El consumidor latinoamericano tiene bajos recursos y además está endeudado", indica el informe de Nielsen.En momentos de alza de precios, señala que el consumidor trata de rendir su presupuesto racionando de productos no necesarios. Igualmente se indica que las categorías de alimentos básicos, como leche en polvo, arroz, café, carnes frías, embutidos, leche y queso que forman la canasta de productos de Nielsen, son las que más se han incrementado.


Agrega que en el caso venezolano, a pesar de los controles gubernamentales, los precios en los productos regulados han registrado aumentos.

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martes, septiembre 23, 2008

Se reduce la oferta de marcas de alimentos en el mercado




TENDENCIA BCV reconoce falta de 20,7% de los productos en los comercios


Consumidores se quejan por desaparición de algunas marcas


En los supermercados no se consigue ni variedad ni presentaciones y tampoco hay ofertas

KATIUSKA HERNÁNDEZ

JOHANA BOZO

Las opciones de compra de alimentos en el país se ha limitado a unos pocos productos. La cantidad de artículos que se ofrecen en los supermercados se ha reducido considerablemente, en gran parte por la regulación de precios y por las limitaciones que han tenido las empresas para lanzar nuevos productos.

En Venezuela, donde la marca tiene un peso importante a la hora de elegir un artículo, la escasa oferta de alimentos ha afectado esa tendencia. Las marcas tradicionales de aceite, margarina, mayonesa, salsa de tomate, arroz y pastas tienen problemas de inventario. Cuando se consigue una presentación y una marca específica, ha desaparecido otra. "Es un abastecimiento irregular. Los consumidores se sienten frustrados porque ya no pueden comprar los productos de su preferencia en tamaño, calidad, ingredientes y variedad", señala Luis Vicente León, director de Danatálisis.

El hábito de consumo de la población se ha tenido que adaptar a la poca variedad y a la escasa oferta de precios. "Las marcas obviamente han perdido terreno para el consumidor que ha tenido que aceptar y comprar lo que consigue en el anaquel. Han sido superadas por el abastecimiento. El consumidor compra lo que consigue en el supermercado pero lo hace con insatisfacción. Claro, eso es mejor que no tener nada", explica León.

Considera que el indicador es alarmante si se toma en cuenta que una economía como la venezolana, que registra crecimiento por más de 18 trimestres seguidos, debería caracterizarse por la abundancia y no por la escasez. El informe de Datanálisis, que mide el abastecimiento en 60 supermercados del área metropolitana de Caracas, refleja que al cierre del 9 de septiembre la escasez de alimentos con precios regulados es de 9%, un indicador bajo si se compara con 29% de ausencia que había en febrero de este año. "No se puede negar que se ha hecho un esfuerzo para llenar los anaqueles, pero a punta de importaciones", agrega.

En 26,7% de los comercios visitados por los encuestadores de Datanálisis no había leche en polvo en sobre, 23,3% tenía problemas con el inventario de azúcar, 20% con las caraotas, 16,1% con carne de res, 13,5% reportó falta de queso blanco duro y 13,3% no tenía arroz regulado.

En contraste, el Banco Central de Venezuela reportó que al cierre de agosto el indicador de ausencia de productos en los comercios se situó en 20,7%, también bajo en comparación con 38,8% registrado en febrero.


Para el ente emisor hay mayor diversidad de artículos, con la incorporación de nuevas marcas y presentaciones de productos en el mercado. La mayoría de los nuevos lanzamientos están relacionados directamente con alimentos que al elaborarse con ingredientes especiales, bien sea aditivos para dieta y otros, salen inmediatamente de la regulación de precios y las empresas pueden obtener un margen de ganancia superior. Además, el indicador de diversidad del BCV de 149,7%, sigue estando por debajo del registrado en octubre de 2005 cuando estaba en 223,2%. Hay o no hay.


La disponibilidad de alimentos en los supermercados está relacionada directamente con el comportamiento de los precios. Una vez que el Gobierno decide aumentar los precios y liberar algunos productos se percibe, casi de forma inmediata, la existencia de estos artículos en los establecimientos.


"El problema no ha sido resuelto del todo, sólo se ha maquillado. Se ha reconocido el aumento de precios y también ha ayudado la exclusión de algunos productos del control, pero no se ha incrementado considerablemente la oferta de alimentos elaborados en el país; sólo las importaciones", puntualizó León.

Los consumidores, además de verse afectados por la poca variedad y escasez de marcas, no consiguen bajos precios en los supermercados. Debido a que el Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios ha ordenado revisar con sumo cuidado las promociones y las ofertas de los supermercados antes de aprobarlas, los consumidores no pueden disfrutar desde hace varias semanas del tradicional 2x1 o de rebajas de hasta 50%, como pasaba anteriormente.


La situación se mantendrá hasta que se normalice la aprobación de las promociones. Desaparecidos. Los consumidores se quejan de la poca variedad y ausencia de marcas.

Con rostros insatisfechos y frases irónicas responden a las preguntas de forma rápida y concisa: "Oye, ¿y eso de verdad existe? Yo no me acuerdo. ¿Tú lo conoces?". Se refieren a marcas diversas, entre ellas, las de leche, que al parecer son las que más faltan: La Campiña, Camprolac, Indulac y Karla. También son las que más recuerdan los consultados.

La lista sigue con el aceite. Coposa, Diana y Mazeite, algunas de las más solicitadas, tienen meses y hasta años que desaparecieron de los anaqueles. La escasez de marcas y presentaciones es una realidad, dicen los consumidores, quienes buscan alternativas para satisfacer sus necesidades, aunque no es sencillo para todos.


Gloria Tirso, por ejemplo, dice que sólo compran otras marcas distintas a sus favoritas cuando se trata de artículos de primera necesidad. "Las marcas de toda la vida han desaparecido como por arte de magia. Yo compraba leche Camprolac y más nunca la encontré. Lamentablemente tuve que cambiarla, no me quedó opción pues mis hijos aún consumen este producto", indicó Carolina Linares. La mantequilla Nelly, la harina Mimesa y el arroz Primor también salieron de los anaqueles desde hace ya algún tiempo. Según los encargados de los comercios a causa del control de precios. "A veces aparecen por ahí, pero llega una cantidad limitada y se termina de inmediato", comentaron.

Pero no sólo faltan los alimentos. Algunas variedades de detergente de la marca Ariel no se consiguen, sólo las presentaciones especializadas.

Canasta incompleta

La escasez de algunos productos sigue en los supermercados. Alimentos como las lentejas, las arvejas y las caraotas negras tienen más de tres meses sin aparecer. Lo confirman los encargados de estos comercios. También falta el azúcar y la sal. En algunos establecimientos sólo llegan las presentaciones de 5 kilos. Y cuando llegan las de 1 kilo se terminan al momento, según los empleados de estos lugares. El café y la mayonesa tienen hasta 2 semanas sin llegar a algunos automercados y cuando aparecen hay poca variedad de marcas y presentaciones. En el caso del café los expendedores indican que al parecer los despachos no llegan completos porque las empresas están esperando por el nuevo precio del producto. En el caso del arroz, aunque la situación ha mejorado un poco, siguen siendo el parbolizado y el integral los que más se consiguen.

Siguen las importaciones de alimentos


INFORME Continúa el rezago entre la oferta y la demanda


Aumento de la producción agrícola no frenó importación de alimentos


Cadivi ha autorizado 3,21 millardos de dólares para la compra en el exterior de productos de la cesta básica



KATIUSKA HERNÁNDEZ

khernandez@el-nacional.com


El informe del Banco Central de Venezuela sobre el crecimiento de la economía en el segundo trimestre del año indica que la elaboración de productos alimenticios se incrementó 17%, la producción, procesamiento y conservación de carnes 8,8% y la agricultura, medida de acuerdo con el producto interno bruto, registró un aumento de 3,9%. El ministro de Economía y Finanzas, Alí Rodríguez Araque, asegura que en el país se ha elevado la producción agrícola de 14 millones de toneladas en 1997 a 19 millones de toneladas. Pero estas cifras no aclaran en cuáles productos alimenticios se ha elevado, ni el volumen detallado por rubro.


Elías Jaua, ministro de Agricultura y Tierras, ha señalado que la superficie sembrada de maíz se incrementó 21%, al pasar de 677.571 hectáreas a 814.700 hectáreas, y se prevé que se cosechen 2,7 millones de toneladas del grano, de los cuales 1,5 millones serán del cereal blanco, destinado a la industria de harina de maíz precocida. En materia de arroz, los cálculos del despacho de Agricultura reflejan que se sembraron 145.200 hectáreas -un crecimiento de 36% con respecto a lo cultivado en 2007- y se espera una producción de 726.000 toneladas de arroz paddy.


El informe señala que en el sector agrícola animal la producción se elevó en 7% y la porcina en 44%. En bovinos la producción nacional subió 6%, al pasar de 234 millones de kilos en el primer semestre de 2007 a 250 millones de kilos en el mismo período de este año. Y en cuanto a la producción de leche refiere que se coloca en 874 millones de litros.


El ministro de Planificación y Desarrollo, Haiman El Troudi, declaró recientemente que este año el Gobierno ha gastado en subsidio agrícola 1 millardo de dólares para tratar de mantener los precios estables y, además, apuntalar la producción en el país.


Sigue la dependencia. El comportamiento positivo que exhibe el Gobierno en la producción nacional contrasta con el aumento de las importaciones de productos agrícolas y alimentos terminados. Las cifras de la Comisión de Administración de Divisas revelan que entre enero y el 9 de septiembre pasados se autorizaron 3,21 millardos de dólares para la importación de alimentos, 104% más que en el mismo período de 2007.


Analistas advierten que de seguir esta tendencia el año cerrará con más de 6 millardos de dólares en importaciones del sector. En 2007 Cadivi aprobó en total 5,84 millardos de dólares, cantidad que ha ido creciendo año tras año. El Gobierno alega que se ha incrementado la asignación de recursos porque en el mercado internacional los precios de los principales alimentos y rubros agrícolas registran aumentos históricos y no se consigue comida barata en ninguna parte.


Comida made in. El rezago entre la producción nacional de alimentos y el consumo continúa. Números de la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos indican que al cierre de julio el consumo de alimentos y la producción se incrementaron en promedio 3%, luego de caer en 4,78% en junio. Para atender la alta demanda, la importación de insumos y productos terminados ha sido clave. De allí la urgencia del Ejecutivo por aprobar divisas, agilizar la entrega de permisos y exonerar impuestos y aranceles además de eliminar las trabas, con tal de tener los anaqueles llenos.


Luis Vicente León, director de Datanálisis, advierte que la mejoría en los índices de abastecimiento no se debe al crecimiento de la producción nacional sino al aumento de las importaciones. "Es un abastecimiento maquillado con productos importados, pero sin una solución a largo plazo que permita pensar en una sustitución de importaciones por producción venezolana", agregó.


El ministro de Alimentación, Félix Osorio, informó el fin de semana que la compra externa de alimentos entre enero y agosto repuntó 17%, al pasar de 2.617.000 toneladas a 3.064.000 toneladas. A su juicio, es una media verdad decir que se ha reducido la producción local, cuando lo que ha ocurrido en el país es que se ha rebozado el consumo. León apunta que el Gobierno, con su política de importaciones, ha estado trasladando al consumidor la inflación que existe en otros países. Análisis que reconoce el ministro Osorio, cuando advierte que los precios en el mercado internacional continuarán altos. "Seguiremos importando inflación hasta que logremos una absoluta soberanía alimentaria", dijo a los medios el sábado pasado.


Germán Briceño, presidente del Instituto de Políticas Agrícolas de Fedeagro, afirma que la producción nacional reporta un descenso importante y que las cifras del Gobierno no son exactas. "La producción está rezagada con respecto a la demanda y el rezago se acentúa en 2007 y 2008, pese a que no se tienen cifras precisas, no se puede medir la producción agrícola en volumen sino en valor". Agregó que la recuperación del abastecimiento se ha basado en las compras foráneas, una muestra de ello es que se consume 50% de carne importada y más de 50% de leche adquirida en el exterior.


Briceño sostiene que no ha habido mejoría de la producción. Incluso cuestiona que existan sembradas 815.000 hectáreas de maíz blanco y amarillo, como lo asegura el ministro Jaua. "Pensamos que debe estar alrededor de las 650.000 hectáreas, equivalente a lo que se sembró el año pasado. Se prevé una producción de más de 2 millones de toneladas para un cálculo de 3.300 kilogramos por hectáreas. Hay estados, como Guárico, que sembraron menos que el año pasado", dijo. Añadió que se ha reducido el área sembrada de sorgo, que varió de 400.000 hectáreas hace 4 años a 200.000.

Reconoce una recuperación en la producción de arroz pero, a su vez, amenazada por la baja rentabilidad económica de la cosecha. En café y caña de azúcar indica que también tienen problemas con los precios, y en pollo apunta que hubo un crecimiento.


El directivo de Fedeagro propone la elaboración de una estrategia que refuerce la producción nacional, desmonte el control de precios y garantice la seguridad jurídica y de bienes en el campo. Y elevar la inversión en infraestructura.


Sacrificio fiscal


El Seniat ha señalado que por la exoneración de impuestos y aranceles para la importación de alimentos, de los sectores público y privado, se ha dejado de recibir 1,04 millardos de bolívares fuertes entre enero y agosto. De ese monto, 708,9 millones fueron exonerados al sector privado y 330,5 millones al público por las compras que hace CASA, Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas, para Mercal y recientemente Bariven para Pdval.


Por rubro, el sacrificio fiscal ha sido de 187,7 millones de bolívares fuertes en el caso de la importación de carne bovina, de los cuales 158,1 millones fueron exonerados al sector privado. En el caso del pollo el sacrificio fue de 101 millones para el sector público y 13,2 millones de bolívares fuertes para el sector privado. Por la importación de caraotas se han dejado de pagar por impuestos 19,6 millones de bolívares fuertes, casi en su totalidad de empresas privadas. En el caso de la leche, y otros derivados, el sacrificio fiscal por exoneración de los tributos fue de 518,4 millones, de los cuales 350 millones de bolívares fuertes fueron perdonados al sector privado.

Costo del transporte encarece los alimentos


EL NACIONAL - Miércoles 07 de Mayo de 2008


Estrategia

TRANSPORTE Demanda asiática concentra las embarcaciones

Fletes marítimos encarecen precio de los alimentos

La falta de barcos y el colapso de los puertos locales amenazan el comercio exterior

KATIUSKA HERNÁNDEZ


Al alza de los precios internacionales de la materia prima agrícola se suma el alto costo del flete marítimo, que se ha incrementado más de 50% en los últimos cinco años. Las empresas agroindustriales venezolanas están pagando de flete marítimo, en promedio, 70 dólares por tonelada de cereal importado, lo que es igual a un alza de 67% en comparación con los 42 dólares que se pagaban en enero de 2004.
Esta tasa de transporte varía según el sitio de embarque y descarga. En el caso de los barcos de 25.000 toneladas que transportan trigo, el flete desde el Golfo Americano hasta Puerto Cabello se ubica en 55 dólares la tonelada, 96,42% más hace 5 años. Desde el Pacífico igualmente hasta Puerto Cabello el flete pasó de 42 a 82 dólares la tonelada; y desde Saint Lawrence, en Canadá, hasta Puerto Cabello el flete es de 85 dólares la tonelada.
Los barcos desde Argentina cobran 92 dólares.Las causas de este encarecimiento radican principalmente en el aumento del precio del petróleo y la falta de barcos. Esto debido a la alta demanda de productos en China e India, que hace que la mayoría de la flota de barcos de carga se dirija a esas regiones. "No hay barcos disponibles en América Latina, por eso es tan importante hacer las compras de materias primas cuando se tiene un barco y cuando las empresas garantizan el inventario del producto", indicó un experto en comercio exterior agrícola.
Otro de los agravantes para el comercio internacional de materias agrícolas es que mientras otros países de la región se adelantan a importar a tiempo y pagan en efectivo, las empresas locales tienen problemas para cumplir con los proveedores internacionales por el control de cambio."Si un proveedor internacional tiene dos pedidos de un rubro determinado para dos países, incluyendo Venezuela, con seguridad despachará al que le garantice un pago más rápido que al que puede registrar un retraso de 180 días para pagar", indicó un especialista en comercio exterior. Además, los puertos venezolanos están colapsados, no ha habido inversión en la ampliación y mejora de la infraestructura, lo que ha ocasionado gastos adicionales a las empresas importadoras, que han tenido que pagar más por el flete y por la demora debido a la falta de divisas para cancelar las embarcaciones.
También se ha encarecido el costo de almacenamiento, con el agravante de que los lapsos de espera en las aduanas se redujeron y se corre el riesgo de que la mercancía sea declarada en abandono legal y confiscada. El año pasado, varias empresas importadoras de trigo y otras con embarcaciones de maíz amarillo e insumos para la fabricación de alimentos balanceados tuvieron que pagar la mora por el colapso de Puerto Cabello, situación que se repite este año, esta vez por los retrasos en la aprobación de divisas de Cadivi para el sector avícola.
Un informe de la FAO indica que las tasas de flete han llegado a ser en los mercados agrícolas un factor determinante. Agrega que el aumento del precio del combustible, los medios limitados para el transporte marítimo, la congestión de los puertos y las rutas comerciales más largas han hecho subir los costos de embarque.

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Crisis global y consecuencias en Venezuela




EL NACIONAL - Miércoles 30 de Abril de 2008
Estrategia
ABASTECIMIENTO Programas sociales del Gobierno dependen de las importaciones
Crisis global de alimentos también amenaza al país
Venezuela adquiere rubros básicos en otros mercados para disminuir el déficit

L a dependencia de las importaciones de materias primas agrícolas como el trigo, la soya, el aceite crudo de maíz, azúcar, y de productos terminados –entre ellos leche, pollo y carne– hace que Venezuela, al igual que el resto de las economías en desarrollo, sea un país vulnerable a la crisis global generada por el alza de los precios internacionales de los alimentos.
La Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos ha advertido que el creciente aumento de los precios afecta el procesamiento de aceite, avena, pastas, salsa de tomate y otros productos de la cesta básica.
La agroindustria ha tenido que pagar el doble por el trigo y la avena en el mercado internacional, con el agravante de que no puede trasladar esos costos al precio final porque están regulados por el Gobierno."Es más caro el aceite crudo de maíz que el litro colocado en los supermercados para la venta al consumidor", indica un industrial del ramo.Los procesadores de pasta pagan 1.100 dólares por la tonelada de trigo que hace un año costaba 450 dólares en promedio. El aceite crudo de maíz pasó de 600 dólares la tonelada a 1.400 dólares.
Lo mismo ha sucedido con la leche en polvo, que se compraba la tonelada en 3.500 dólares y ha llegado a superar los 6.000 dólares para promediar 5.500 dólares.Con la presión internacional por el alza de los precios de los alimentos, mantener una política interna de precios regulados, y en algunos casos congelados, generará altos costos tanto a la industria privada como al Gobierno. En el último año, el Ejecutivo aprobó subsidios para los productores de caña de azúcar, algodón, arroz, sorgo y maíz para aliviar los costos y estimular la siembra. En el caso de estos tres últimos rubros, además del subsidio se autorizó el aumento del precio, por lo que los productores ahora reciben más recursos por la cosecha.
La industria reclama igualdad de condiciones debido a que los precios al consumidor de los alimentos regulados no han variado oficialmente, lo que ha generado una cadena de comercialización informal, pues algunos rubros están ausentes en los estantes de los comercios formales y se encuentran en la calle al doble de su precio.Analistas reconocen que el abastecimiento de los productos básicos ha mejorado en los últimos tres meses. "Sin duda, hoy en día los consumidores encuentran más productos en los anaqueles que en diciembre del año pasado y eso se debe a la fuerte inyección de recursos, a la agilidad de los trámites para importar que facilitaron la compra en el exterior", comentó Luis Vicente León, director de Datanálisis.
Sin embargo, la preocupación por el abastecimiento persiste, debido a que mientras sigan incrementándose los precios internacionales y la producción nacional sea deficitaria, Venezuela estará sometida a los vaivenes de la economía global.Incluso, los programas sociales de alimentos del Gobierno: Mercal y recientemente Pdval (Productora y Distribuidora de Alimentos), filial de Pdvsa Agrícola, basan la mayoría de sus inventarios con importaciones de productos.
Estas compras son financiadas por los altos precios del petróleo, lo que permite que el Ejecutivo pueda comprar afuera caro y vender a precios subsidiados en el caso específico de Mercal.
Alianzas internacionales Mientras en la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación proponen un fondo internacional que ayude a los países más pobres a hacer frente al alza del precio de la comida y se analiza el impacto que tiene sobre la producción agrícola la fabricación de biocombustibles, en Venezuela se establecen alianzas con los países que forman parte de la Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe.
Los ministros de Agricultura de Venezuela, Cuba, Nicaragua, Belice, República Dominicana, Panamá y otros países establecieron una alianza para luchar contra las altas cotizaciones de los alimentos. "Se trata de crear una red de comercialización que nos permita complementarnos en materia de alimentos. Si hay un país que tiene escasez de determinado rubro y por ejemplo en Venezuela tenemos un excedente, se exportará a bajos precios", explicó el titular de Agricultura venezolano, Elías Jaua.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, afirmó que todas las proyecciones advierten que habrá escasez de alimentos. De allí que es crucial el convenio entre países. "Si Ecuador tiene excedente de arroz, lo guardamos, esto será compensado por los demás países, y en el momento en que en Venezuela falte arroz lo mandamos para allá. Lo mismo pasaría si Argentina tiene un excedente en la producción de leche y ese producto llegara a faltar en otra nación latinoamericana".

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Los problemas para importar alimentos en Venezuela


Por qué no llega la comida importada
El país es visto como un riesgo para los proveedores foráneos, debido a los retrasos en el pago
KATIUSKA HERNÁNDEZ
khernandez@el-nacional.com
Comprar insumos agrícolas y alimentos terminados en el exterior es un calvario para los importadores venezolanos. En el último año, el crecimiento de la demanda de productos y el rezago de la producción nacional hizo que el mercado externo se convirtiera en la única opción para surtir los anaqueles de los comercios del país.
Las importaciones de alimentos se incrementaron 68% en 2007, al pasar de 3,47 millardos de dólares en 2006 a 5,84 millardos de dólares el año pasado. En lo que va de año, las compras externas de alimentos suman 468,37 millones de dólares, 23,34% del total de las importaciones que se concretaron hasta el 19 de febrero, según la Comisión de Administración de Divisas.
Pero los costos que tienen que pagar las empresas no se miden sólo por el alto precio de los productos en el exterior, que han subido en promedio más de 100% en el caso del trigo, maíz, avena y aceite, entre otros rubros. También se debe considerar el número de trámites que tienen que cumplir los importadores para finalmente concretar las compras.
La Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea) revela en su más reciente informe que el abastecimiento de productos se ve afectado por los inconvenientes que tienen las empresas para adquirir a tiempo los productos e insumos que necesitan. Denuncian que antes las importaciones se tardaban entre 30 y 60 días, y llegaban al país -en el caso del trigo- hasta 7 barcos al año.
Con los retrasos en el pago y el exceso de trámites, las compras externas demoran ahora entre 160 y 220 días y sólo se pueden contratar 3 barcos. "No hay proveedor internacional que venda a Venezuela a crédito y conceda 220 días de plazo para pagar. 20 millones de dólares costaba fletar un barco con trigo, ahora ese monto sólo alcanza para un tercio del costo", expresa Pablo Baraybar, presidente de Cavidea.
Envíos con reserva Explica un agente de comercio exterior de una de las empresas transnacionales de alimentos que operan en el país que es difícil en este momento darle crédito a las agroindustrias venezolanas, porque es un riesgo que no paguen a tiempo. "El problema se presenta cuando un importador venezolano luego de ocupar la línea de crédito para la compra de determinado producto requiera un nuevo embarque y, en ese caso, es difícil que sin haber pagado el anterior se vuelva a otorgar otro crédito", comenta.
Por ejemplo, si una mercancía fue solicitada en noviembre y llega en febrero pero el importador no la ha cancelado y necesita un nuevo embarque, las empresas internacionales solicitan que abra una línea de crédito adicional para garantizar el pago. "Los proveedores han comenzado a exigir otro tipo de garantías en dólares. Las líneas de crédito que otorgan normalmente las compañías extranjeras a los clientes venezolanos se ocupan, porque el proceso de liquidación de dólares es muy lento. Si se embarca una mercancía por 10 millones de dólares quedan prácticamente congelados los nuevos envíos esperando por el pago", sostiene el especialista que prefirió mantener su nombre en reserva.
Las garantías adicionales que se solicitan a los clientes venezolanos son líneas de crédito en bancos nacionales que se puedan confirmar en bancos del exterior. "Pero se presenta otro problema, los bancos venezolanos para abrir una carta de crédito también exigen muchos requisitos y el proceso a veces se detiene", agrega.
El proceso se vuelve más lento -cuenta- cuando no es sólo una empresa la que solicita cartas de crédito a la banca, sino que son cientos de empresas y se colapsa el trámite. Hay importadores de alimentos y de otros sectores que están en la misma situación, deben dinero a los proveedores, se les agotó el crédito internacional y deben apelar a la banca local para financiar la deuda, mientras esperan que Cadivi liquide las divisas. Mientras esta situación ocurre, en el mercado internacional se han disparado los precios de todos los productos agrícolas. "Con los altos precios ahora se tiene que comprar menos, pero se paga más.
Los precios están hasta 200% más costosos en el caso del trigo", indica el especialista en comercio exterior. Adicional a ello, no hay suficientes buques de carga disponibles que puedan trasladar la mercancía hacia puertos venezolanos. La razón: la mayoría de las flotas están contratadas para llevar embarques a China y, además, las tarifas de los fletes son más altas por el alza de los precios del petróleo. "La situación portuaria en Venezuela se ha agravado. Los tiempos de descarga son lentos; en lugar de descargar en 4 días se tardan más de una semana. Las tasas de descarga en Venezuela son las más bajas de la región. La Guaira descarga 2.000 toneladas al día y hay países que llegan a 6.000 y hasta 8.000 al día", agrega.
Otro factor en contra de los importadores venezolanos es la competencia en la región. Hay países como Colombia que están importando y pagando al día los envíos. "El mercado colombiano exige mucho y es porque paga de contado, y de inmediato. Hay países que compran por adelantado. Adquieren el producto en el mercado a futuro. Se quiere comprar hoy en febrero y no en marzo aunque las necesidades sean en mayo.
En cambio, en el caso venezolano no se puede contratar a futuro por el riesgo de que no se pague lo viejo, y menos aún lo nuevo", indica un agente comercial de una transnacional de trigo. En Venezuela, el cliente ha perdido flexibilidad para hacer las compras y eso impacta los costos porque terminan pagando más. Las importaciones a través de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi) han facilitado los pagos de importaciones que se hacen a países de Suramérica.
Pero hay compras como las del trigo durum en las que hay poca posibilidad de usar ese mecanismo, debido a que el producto en su mayoría viene de Estados Unidos y Canadá. También se ha dado el caso de que el pago por el sistema Aladi ha llegado a colapsar por el exceso de demanda. "El crecimiento de la producción nacional requiere del crecimiento de importaciones de materia prima. Si se generan trabas a la importación de materia prima será imposible la satisfacción de la demanda nacional de alimentos", advierte Pablo Baraybar, presidente de Cavidea. Indica que sin insumos se elevarán las compras externas de alimentos procesados, lo que afectará la producción local.
Flexibilizan trámites Ante la cantidad de inconvenientes para importar, el Gobierno decidió aprobar medidas para agilizar el proceso. El primer anuncio fue el de exonerar temporalmente a las empresas de la solicitud y presentación en Cadivi de las solvencias (INCE, Seniat, Vivienda, Seguro Social y Ministerio del Trabajo), que se requerían para tramitar los dólares.
También se decidió exceptuar a los importadores de alimentos de la presentación de los certificados de no producción y producción insuficiente, emitidos por el Ministerio de Industrias Ligeras y Comercio. Se anunció la creación de una taquilla única a la que acuden las empresas para agilizar los documentos, como permisos fitosanitarios y licencias de importación. Para la compra de leche, oleaginosas y carne de res se aprobó el pago a la vista en dólares.
Según el artículo 18 de la providencia 085, publicada en la Gaceta Oficial del 31 de enero de este año, en las importaciones pactadas con pago a la vista la liquidación de las divisas podrá efectuarse antes de la nacionalización de la mercancía, previa autorización de adquisición de divisas expedida por Cadivi y constitución de garantía por parte del importador a favor de la República Bolivariana de Venezuela. Se explica en la resolución que el importador deberá nacionalizar la mercancía en un plazo de 120 días continuos, contados a partir de la fecha de liquidación de las divisas autorizadas. Aclara la providencia del organismo tributario que esta modalidad consiste en el pago, total o parcial, de la mercancía que se va a importar antes de su nacionalización.
El pasado jueves 21 de febrero, el Gobierno publicó una nueva resolución que modifica el artículo 89 de la Ley Orgánica de Aduanas y exonera del pago de aranceles y del impuesto al valor agregado a las importaciones de los bienes, mercancías y efectos declarados como de primera necesidad y los que formen parte de la cesta básica. La exoneración se aplica cuando existan condiciones de desabastecimiento por no producción o producción insuficiente o cualquier otra circunstancia que vaya en detrimento del bienestar social, expresa el artículo.
Economía dependiente
Menú hecho afuera
Venezuela importa cerca de 70% de los alimentos que consume. Anualmente se compran en el exterior entre 120.000 y 140.000 toneladas de leche en polvo y la industria ha solicitado que se incremente este monto en 25%, debido al aumento del consumo. En el caso de la carne bovina, el país importa de Argentina, Brasil y Colombia 35% del consumo nacional; se calcula que sólo del país carioca llegan 25.000 reses. En el caso del aceite crudo se depende en 40% de las importaciones. En trigo, todo el cereal proviene del exterior, alrededor de 1,5 millones de toneladas al año, y Venezuela es el segundo país que más consume pastas en el mundo. Cuando la producción nacional es deficitaria se llegan a importar hasta 500.000 toneladas de azúcar cruda para procesar, y las cifras son similares en el maíz amarillo forrajero o en las de alimentos balanceados para animales. Las necesidades de importación en estos casos rubro varían entre 500.000 y 800.000 toneladas. 100% de la avena que se consume es importada, al igual que el atún. El Gobierno importa para Mercal y la Productora.
Propuesta empresarial
Presupuesto fijo para importar
Cavidea propone al Gobierno aplicar una modalidad de presupuesto de asignación de divisas para compras de materia prima importada. Este mecanismo permitiría negociar mejores precios de insumos y reservar volúmenes de compra por adelantado. "Se trata de comprar cuando hay disponibilidad del producto en el mercado internacional y cuando es más económico", explicó Pablo Baraybar, presidente del gremio. La industria también solicita que se extienda la vigencia de los permisos fitosanitarios y de las licencias de importación, y que se amplíe la lista de los productos incluidos en el decreto de flexibilización de requisitos para las compras externas, entre ellos la avena, la pasta de tomates, aceites crudos, yema de huevo y atún, entre otros. Por ahora, sólo las importaciones de leche, carne y oleaginosas disfrutan del mecanismo de pago a la vista de dólares por parte de Cadivi. El sector agroindustrial espera que este sistema se aplique para la compra de otros alimentos. Alzas y bajas 2% disminuirá, según la FAO, el volumen de las compras de cereales por parte de los países con déficit de alimentos
Las cifras
1,5 millones de toneladas de trigo al año compra el país en el exterior para la industria de la pasta y el pan
$ 468,37 millones ha liquidado Cadivi para la importación de alimentos entre enero y el 19 de febrero de este año

Soberanía importada

$ 5,8 millardos no resolvieron la escasez

Soberanía importada

La meta que se había trazado el ministro de Agricultura de cosechar 22 millones de toneladas de rubros agrícolas no se cumplió.

KATIUSKA HERNÁNDEZ khernandez@el-nacional.com

Más de 16 trimestres de crecimiento económico, reducción a 8% de la la tasa de desempleo, pago de la deuda a los organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, mayor asignación de divisas a capital de trabajo (maquinaria y equipos) y un aumento de más de 20% del consumo de bienes y servicios fueron los logros en materia económica que el ex ministro de Finanzas Rodrigo Cabezas se encargó de destacar al momento de abandonar el cargo.

Pero en materia de abastecimiento y soberanía alimentaria, una bandera del Gobierno, los resultados no fueron los esperados. La escasez de alimentos básicos cerró el año pasado en 24%, según cifras de Datanálisis.

La falta de leche se registra en 73,3% de los comercios de la capital; 50% no tiene azúcar refinado; 45,6% padece falta de pollo entero al precio de regulación; en 43,3% de los establecimientos tampoco se consigue avena en hojuelas; la carne de res al precio controlado desapareció de 42,1% de los locales comerciales, y el aceite de maíz no aparece en 40% de los supermercados.

En abierta paradoja socialista, la escasez de alimentos esenciales contrasta con la abundancia de artículos de lujo, como el salmón importado a más de 80 bolívares fuertes el kilo, una de las alternativas disponibles ante la escasez de sardina en lata al precio regulado de 0,63 bolívares fuertes. Tampoco aparece la presentación al natural o en aceite vegetal de atún enlatado, fijado en 1,23 bolívares fuertes, pero sí los frascos de caviar rosado y negro.

El ministro de Agricultura y Tierras, Elías Jaua, prometió que en 2007 se cosecharían 22 millones de toneladas de alimentos y que el país comenzaría su camino hacia la independencia alimenticia. Sin embargo, los resultados del plan de siembra muestran que Venezuela sigue siendo deficitaria en varios rubros, y las importaciones suman más de 5,8 millardos de dólares, 286% más que en 1999, cuando las compras externas sumaban 1,5 millardos de dólares.

Para Jaua, la producción agrícola registró un crecimiento de 9% con respecto a 2006, pero no se lograron cosechar las 22 millones de toneladas de alimentos que se habían prometido. La producción llegó a 19,61 millones de toneladas. En materia de cereales, Jaua destacó que se registró un crecimiento positivo en la siembra de arroz, "aunque no el esperado". Se proyectaban más de 2,5 millones de toneladas y al final la producción se ubicó en 2,4 millones. En este rubro la industria también pide aumentos de precios, porque los fijados en la Gaceta Oficial son muy bajos tanto para los productores como para la industria. El kilo de harina precocida se ubica en 1,4 bolívares fuertes y Venmaíz (gremio industrial) ha pedido que se aumente a 1,85 bolívares fuertes.

El informe del despacho de Agricultura indica que en el caso de la caña de azúcar se logró un incremento de 9,3 millones de toneladas de azúcar, pero deja de mencionar que aún se tienen que importar más de 500.000 toneladas del producto crudo porque la cosecha es deficitaria. Tampoco detalla que el Central Azucarero Ezequiel Zamora, que tenía que comenzar a operar el año pasado, todavía está en construcción y varias toneladas no pudieron ser colocadas. Por ahora, los productores quedaron "aliviados" con el aumento del precio del azúcar al consumidor de 1,3 a 1,94 bolívares el kilo. Pero piden que se mantengan los subsidios a los cañicultores y se cree una política que permita revisar constantemente los costos de producción para evitar que los precios pasen más de un año congelados y los productores tengan que asumir las pérdidas económicas, como ha sucedido desde 2006.

Más litros foráneos Jaua destacó en diciembre que la producción de leche fresca se ubicó en 1,7 millardos de litros al año, lo que representa un incremento con respecto a los 1,3 millardos de litros que se produjeron en 2006. No obstante, el funcionario no aclaró que la demanda de leche en el país se sitúa en más de 3,5 millardos de litros al año y 50% de ésta es importada. La creación de más de 5 plantas de leche por parte del Gobierno no logra incentivar la producción nacional. Los representantes de los 4 gremios lácteos Cavilac, Cavelácteos, Asoprole y Fegaven coinciden en que se debe ejecutar un plan de fomento ganadero y lechero, pero antes de esto se debe revisar la cadena de producción y aprobar un aumento del precio de la leche pasteurizada, para que los ganaderos puedan elevar su producción. El litro de este producto está fijado desde marzo de 2007 en 1,89 bolívares fuertes y la propuesta es llevarlo a más de 2,7 bolívares para compensar el alza de los costos de producción.

Sin bistec, ni de Brasil El ministro Elías Jaua informó en diciembre pasado que la producción de carne de res se ubicó en 2,15 millones de cabezas de bovinos. Pero en las cifras de la Asociación Nacional de Frigoríficos se advierte que 30% del consumo de carne se atendió con las importaciones de más de 240.000 cabezas de ganado de Brasil (en 6 meses) y de 25.000 mensuales desde Colombia. "Sin estas importaciones que se realizaron a mitad de 2007 la escasez de carne de res no se hubiese controlado", indica Gonzalo Azuaje, presidente de Asofrigo. Advierte que este año si no se vuelve a importar será inevitable una crisis de abastecimiento del producto. Azuaje denuncia que ahora la banca privada se niega a emitir las cartas de crédito que necesitan los importadores de ganado de Brasil, porque el Banco Central de Venezuela no ha aprobado los códigos para la entrega de divisas a este sector. "Es contradictorio que en 2007 se aprobaron más divisas para la importación de vehículos que para la compra de alimentos, y ahora las importaciones de ganado de Brasil están en riesgo, cuando está por iniciarse la sequía y se reduce tradicionalmente la matanza de animales en el país", dijo. Entre febrero y mayo normalmente se genera una caída en la matanza de animales y se vuelven a generar problemas con el abastecimiento en los comercios, lo que hace que suban los precios. Las importaciones de pollo también compensaron la falta de producción nacional. Aunque cifras de la Federación Nacional de Avicultores indican que se comercializan mensualmente 70 millones de kilos de pollo, el consumo superó la producción y se ha tenido que importar más de 101 millones de kilos de pollo para atender la demanda.

Financiamiento Aunque el otorgamiento de créditos fue alto, los productores consideran que al tener los precios rezagados por los controles el rendimiento económico ha sido negativo. En el sector público, el Fondo de Desarrollo Agropecuario, Pesquero, Forestal y Afines (Fondafa) otorgó hasta el 15 de diciembre del año pasado 1,9 billones de bolívares (1,9 millardos de bolívares fuertes), para la siembra de 381.774 hectáreas y beneficiar a 90.750 pequeños y medianos productores en todo el país. De igual manera, la cartera agrícola de la banca privada ascendió a la cantidad de 12 billones de bolívares (12 millardos de bolívares fuertes), y se financiaron aproximadamente 1,5 millones de hectáreas. En un año de operaciones, el Banco Agrícola de Venezuela otorgó créditos por un monto de 300 millardos de bolívares (300 millones de bolívares fuertes), lo cual benefició a 6.000 medianos productores.

Riesgo mundial El informe Riesgos Globales 2008, que será discutido en el Foro Económico Mundial de Davos, que se llevará a cabo a finales de este mes en esa ciudad suiza, advierte sobre los problemas que tendrá el mundo con la vulnerabilidad de la seguridad alimentaria, entre otros temas. En el estudio colaboraron Citigrup, Marsh & McLennan Companies, Swiss Re, The Wharton School Risk Center y Zurich Financial Services. Además de los problemas en el sistema financiero, el futuro energético y una recesión en Estados Unidos, se advierte en el informe que el calentamiento global traerá graves consecuencias para la producción de alimentos en el mundo. "El crecimiento demográfico, el cambio en los estilos de vida, el calentamiento del planeta y el uso creciente de las cosechas como biocombustibles hará que el mundo se enfrente a un período de precios elevados y mayor volatilidad en el sector alimentario, lo que tendrá graves consecuencias, sobre todo para las comunidades más vulnerables", indica el documento reseñado por la agencia Efe. Las reservas alimentarias globales están, además, en su nivel más bajo desde hace un cuarto de siglo y, como consecuencia, el suministro mundial de alimentos es vulnerable a una crisis internacional o a un desastre natural. Precisamente sobre el alza de los precios de los rubros agrícolas, la calificadora de riesgo Goldman Sachs vaticina que esta escalada inflacionaria de rubros clave como el trigo y la soya continuará por los próximos 3 años. El analista Jeffrey Currie, de Goldman Sachs Group Inc., indica que el incremento de los precios está impulsado por el crecimiento vertiginoso de la demanda, mientras que la oferta se mantiene rezagada. "Ya nos encontramos en el alza agrícola más prolongada desde principios de los años 70 del siglo pasado", dijo Currie, jefe de estudios sobre materias primas en Goldman Sachs, en una entrevista a la agencia Bloomberg. "Hay una demanda pujante que probablemente siga vigorosa con todo y las dificultades económicas", agrega. La FAO (organización de las Naciones Unidas para la Alimentación) ha advertido que por la caída de los inventarios de cereales en el mundo, a causa del consumo de biocombustible derivado de estos rubros, el abastecimiento de alimentos está en peligro para los países pobres y las economías en desarrollo que tienen una alta dependencia de las importaciones.

Economía doméstica El año pasado, los importadores de trigo se vieron afectados por el alza de 180% que registró en el mercado internacional el precio de la tonelada de trigo durum (especial para la elaboración de pastas de alta calidad). La tonelada se comercializaba a principios de 2007 en 300 dólares y al cierre del año se situó en 840 dólares. La solución que dio el Gobierno fue aumentar ligeramente el precio del kilo de la pasta al consumidor final, de 1,74 a 2,75 bolívares fuertes (58%) y exigir a las empresas que elaboren el producto con mezclas de harina de maíz y arroz, que se cosechan en el país. Sin embargo, la Asociación Venezolana de la Industria de Harina de Maíz advierte que la cosecha del cereal apenas alcanza para el procesamiento de este producto. Y en el caso del arroz, los representantes de Fevearroz, alertan que tienen en inventario el consumo para un mes; situación que se ha reflejado en la falta de algunas marcas de arroz de mesa en los comercios.

"Venezuela tiene que ser un país con soberanía alimentaria, que produzcamos todo lo que nosotros nos consumimos, estamos todavía importando carne, leche y a veces no se consigue, porque está muy cara a escala mundial la leche, la carne, el pollo, estamos importando pollo, imagínate". Hugo Chávez

Los logros socialistas El balance de las plantas socialistas de alimentos y rubros agrícolas aún es modesto y no logra alcanzar 2% de la cosecha total de productos. Según el viceministro de Economía Agrícola y presidente de la Corporación Venezolana Agraria (CVA), Richard Canán, las 21 agroindustrias del Estado y 51 Empresas de Producción Social lograron producir 290.000 toneladas de rubros agrícolas, 1,47% del total de la cosecha nacional, que se ubicó en 19,61 millones de toneladas.
En el Ministerio de Alimentación aclaran que las ventas de Mercal aumentaron 108% entre enero y noviembre, al pasar de 64.525 a 134.672 toneladas. De más de 1 millón de toneladas de alimentos vendidos, 70% era importado, según aclaró Rafael Oropeza, ex ministro de Alimentación. Realidad que parece preocupar ahora al presidente Hugo Chávez, quien ha dicho en los últimos días que es necesario lograr de una vez por todas la soberanía alimentaria con producción nacional y no con compras externas. "Venezuela tiene que ser un país con soberanía alimentaria, que produzcamos todo lo que nosotros consumimos, estamos todavía importando carne, leche y a veces no se consigue, porque está muy cara a nivel mundial la leche, la carne, el pollo, estamos importando pollo imagínate. El maíz ya no, porque ya estamos abasteciéndonos en maíz, incluso podemos exportar maíz, vamos a exportar maíz a otros países que no tienen tierra", dijo el pasado domingo en el Aló, Presidente número 300. Este último deseo de exportar podría generar problemas de escasez de harina de maíz precocida, porque aunque la producción nacional satisface el mercado local, el excedente es casi insignificativo y ahora la cosecha también se tiene que destinar a la mezcla de harina para elaborar pastas.

Importaciones venezolanas subsidian agricultura de otros países




EL NACIONAL - Miércoles 25 de Julio de 2007
Estrategia/12

Estrategia


AGRONEGOCIOS Aumenta la dependencia de las compras externas




Importaciones estimularon agricultura en otros países


La adquisición de alimentos y rubros agrícolas subirá 15% este año y superará los 3 millardos de dólares de 2006
KATIUSKA HERNÁNDEZ mailto:khernandez@el-nacional.com



E l déficit en algunos rubros alimenticios estratégicos, como leche, carne, queso, huevos, pollo, azúcar, aceite y granos, dejó por sentado que en momentos de incremento del consumo la soberanía alimentaria depende de las importaciones más que de la producción agrícola nacional.Los 1,2 millardos de dólares importados en alimentos en el primer semestre lo demuestran.


La exportación de productos agrícolas de países de la región hacia Venezuela se ha incrementado. Sólo la red de bodegas de Mercal ingresan mensualmente alrededor de 12.000 toneladas de pollo de Brasil, cifra que subió en más de 50% por el incremento de la demanda interna, y la producción nacional es de 65.000 toneladas mensuales.


Recientemente se autorizaron licencias para importar 45.000 toneladas de pollo, específicamente para atender la cadena de supermercados privados, y 90 millones de unidades de huevos. De azúcar refinada llegan mensualmente al país, compradas por el Gobierno para abastecer Mercal, 19.500 toneladas, según el presupuesto que maneja el Ministerio de Alimentación. Mientras, el sector privado cuenta con licencias para comprar en el exterior 150.000 toneladas.


La importación de carne desde Brasil se ha mantenido para Mercal en 5.000 toneladas mensuales y fueron autorizadas licencias para comprar además 90.000 reses vivas para el beneficio en los mataderos nacionales. Estos permisos fueron procesados por empresarios privados y las compras fueron exoneradas de impuesto. El contingente de importación de leche en polvo asciende a 140.000 toneladas anuales que se distribuyen entre varias industrias lácteas y empresas empacadoras.


Mercal dispone de 8.000 toneladas mensuales para abastecer estas bodegas del Gobierno y se maneja un inventario de reserva de 15.000 toneladas.Alrededor de 2.000 toneladas de caraotas llegan mensualmente al país para los programas gubernamentales y recientemente se desembarcaron 15.000 toneladas de aceite crudo compradas por la Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas (CASA). Parte de este producto se destinó a la industria procesadora privada que reportaba escasez de oleaginosas.El ministro de Alimentación, Rafael Oropeza, justifica este volumen de importaciones, pues lo fundamental –aseguraes garantizar el abastecimiento.


"En la medida que incrementemos nuestros niveles de soberanía alimentaria tendremos una mayor seguridad alimentaria, que en este momento la logramos mediante importaciones y con producción nacional", afirmó a principios de junio.




Subsidio al exterior Para Carlos Machado Allison, profesor del Instituto de Altos Estudios Superiores en Administración (IESA), experto en agricultura, la única política del Gobierno ha sido la liberalización de las importaciones para evitar la escasez, en vez de fortalecer la producción interna. "Al no aumentar la producción nacional y elevarse el poder adquisitivo de la población se creó una crisis en el abastecimiento de carne, leche, huevos y pollo, que son rubros que requieren una fuerte inversión privada", expresó.


En 2006, las importaciones de alimentos y rubros agrícolas llegaron a 3 millardos de dólares, lo que representa un crecimiento de 30,4% con respecto a los 2,3 millardos de dólares de 2005."Este año se calcula que las importaciones aumentarán 15%. Para el ingreso en dólares que tiene el Gobierno no es una cifra aterradora, pero si se invirtiera en el país beneficiaría la producción local", apunta.


Machado sostiene que si caen abruptamente los precios del petróleo, Venezuela no podrá financiar las compras externas y, por ende, la escasez se acentuará.Afirma que la única medida que se ha adoptado es la de financiar a los agricultores de otros países, como el aporte de 80 millones de dólares que hizo el Banco Económico y Social de Venezuela (Bandes) a la cooperativa láctea argentina Sancor."Estamos financiando la agricultura de otros países, pero resulta que en los últimos 7 años no se hizo nada para propiciar la inversión en el campo y ahora no tenemos suficiente producción. Entre la inseguridad personal y jurídica simplemente no hay una vaca más. ¿Quién va a producir con estas condiciones?", expresó.




La chequera lista La mayoría de las importaciones de alimentos y rubros agrícolas que realiza Venezuela vienen de Brasil, Argentina, Estados Unidos, Colombia, China, Bolivia, Paraguay y Cuba. De este último país se ha registrado el comercio triangulado de mercancía que procede de otro mercado y se empaca y lo revende el Gobierno cubano a precios superiores. Esto ha sucedido principalmente con las caraotas.


Cifras de Cadivi reflejan que en el primer semestre las importaciones totales llegaron a 11,4 millardos de dólares; de esta cantidad, 10,9% se destinó a la compra de alimentos, para un monto de 1,2 millardos de dólares. El promedio de importaciones anuales de alimentos de Venezuela hasta 2002 era de 1,5 millardos de dólares.


El déficit de producción nacional para atender la demanda y el alza de los precios internacionales de materias primas agrícolas ha hecho que se incrementen los recursos destinados a las importaciones.Pese a tener altos ingresos petroleros y contar con unas reservas internacionales de 25,8 millardos de dólares, que equivalen a un año de importaciones, los altos precios de los alimentos en el mercado internacional terminan afectando la disponibilidad de productos en el país.


En los últimos 6 meses se han presentado problemas con los inventarios de trigo, azúcar, aceite de maíz, maíz para alimentos balanceados para animales y leche en polvo. Por una parte, el incremento de los precios en el mercado internacional y los retrasos para la entrega de divisas en casos puntuales (aceite) afectaron a la agroindustria local.En el caso de la leche, el incremento en más de 125% en el precio del producto importado, en 5.400 dólares la tonelada, y la caída de las reservas mundiales han obstaculizado la importación desde al mercado venezolanos.


En contraposición, la producción láctea nacional, de 1,3 millardos de litros anuales, cubre menos de la mitad de la demanda interna, que se ubica en más de 3,5 millardos de litros.El Gobierno ha dicho que no escatimará esfuerzos para importar todo lo que se necesite. "Vamos acelerar todos los subsidios al sector agrícola y realizaremos algunas importaciones sustanciales", dijo el ministro de Finanzas, Rodrigo Cabezas, como parte de las medidas para reducir el alza de precios internos. Propuesta que para algunos productores nacionales es totalmente contraria a la política endógena del presidente Hugo Chávez."Todo país debería incrementar su producción interna para poder satisfacer la demanda de alimentos. Sin embargo, el Gobierno ha optado por la importación, que en determinado momento es necesaria, pero no darle la prioridad sobre la producción nacional, como está sucediendo", critica Genaro Méndez, presidente de Fedenaga. Sostiene que mientras se autoriza el alza del precio de la leche en polvo importada, a los agricultores nacionales se les baja el precio."Estamos produciendo a pérdida y se está apoyando a los productos foráneos.


El promedio de costo de producción de la leche a puerta de corral es de 1.420 bolívares el litro, y sigue regulada en 1.100 bolívares", expresa el presidente de Fedenaga.




Más contrabando Los bajos precios de la comida en Venezuela, producto del control impuesto por el Ejecutivo para frenar la inflación, hacen que se incremente el mercado ilegal de alimentos.Desde hace varios meses proliferan en las ciudades y pueblos colombianos cercanos a la frontera los productos con precios subsidiados que se comercializan en Mercal. Incluso, en el pueblo Villa del Rosario, a unos 10 minutos en carro de la aduana de San Antonio del Táchira, hay un comercio que expende los productos venezolanos y se llama Mercol (Mercados Colombianos).


Harina, arroz, pasta, leche, azúcar, atún y sardina en lata con la marca CASA se venden en estos comercios a un precio que duplica al fijado por la corporación, pese a que una resolución prohíbe la venta de estos rubros fuera del territorio nacional.Pero el flujo no es sólo de "exportación" ilegal, también existe un contrabando de ganado vivo de Colombia al territorio venezolano para suplir el déficit de carne de res.


La Federación Nacional de Ganaderos de Colombia señala que 61.000 reses fueron exportadas de forma ilegal entre 2004 y el año pasado.13.000 cabezas de ganado se reportaron como robadas en el último año, la mayoría forma parte del contrabando a Venezuela.Colombia era uno de los principales proveedores de alimentos al país, pero por el alza del consumo interno ha cerrado algunas importaciones, como el caso de la carne. No obstante, la suspensión de las ventas externas no ha frenado el alza del precio y tampoco el comercio ilegal.


Recientemente, con el anuncio de que Venezuela comprará 90 millones de unidades de huevos a Colombia, el precio del producto se disparó, lo que ha afectado al consumidor colombiano.Para el presidente de Fedeagro, Gustavo Moreno, las importaciones perjudican al productor nacional. "Los verdaderos beneficiarios de las importaciones son los productores foráneos". A su juicio, la soberanía alimentaria está hipotecada con compras externas.Para recuperar la producción nacional –dice hace falta más que un subsidio."Voluntad para mejorar la situación en el campo, donde se viven problemas de inseguridad, falta de financiamiento e incluso factores climáticos que hacen que los productores sean unos verdaderos héroes en la producción de alimentos con tantos imponderables", asegura.