domingo, septiembre 20, 2009

crisis del café



Precios bajos, pobreza y abandono afectan a los caficultores


El café se pone amargo


Desde mayo el Gobierno conocía que se presentaría un déficit del grano por la caída de la producción


KATIUSKA HERNANDEZ


khernandez@el-nacional.com

En Venezuela se consumen entre 1,8 y 2 kilos de café molido por persona al año. El hábito de tomar esta bebida es común en la mayoría de los hogares del país: marrón largo y corto, guayoyo, tetero, con leche, negro, cerrero y carajillo (mezclado con ron) son algunas de las preparaciones. Incluso, las presentaciones instantáneas y el café helado comienzan a conquistar el gusto de la población.
En los últimos años, el cultivo de este rubro ha adolecido al igual que otros productos de una política de fijación de precio que compense el costo real de producción.
Incluso, por más de 3 años (entre 2005 y hasta finales de 2008) el precio estuvo congelado en 288 bolívares fuertes el quintal (saco de 46 kilos), mientras en el mercado internacional se cotizaba por encima de los 700 y hasta 1.000 bolívares fuertes. El precio está fijado entre 405 y 470 bolívares fuertes, pero los productores sostienen que para lograr una rentabilidad debería costar por encima de los 600 bolívares fuertes, y el kilogramo del producto molido debería estar en 26 bolívares fuertes al consumidor como mínimo.
Los productores y los industriales reconocen que este Gobierno invirtió más de 2 millardos de bolívares fuertes para fortalecer el cultivo. Sin embargo, manifiestan que en la práctica el llamado Plan Café no logró su resultado y ha fracasado porque los recursos se dieron sin asistencia técnica, supervisión y control.
La mayoría de las cooperativas a las que les otorgaron financiamiento están quebradas, muchas se dedicaron a otros cultivos y actividades económicas, mientras que los verdaderos productores están en la desidia, padeciendo problemas de salud como desnutrición y se quedaron esperando por el que se concretaran las promesas de escuelas, ambulatorios, viviendas y pavimentación, como el caso del caserío Santa Marta, parroquia Hilario Luna y Luna, municipio Morán del estado Lara. "Pese a ser el caserío vitrina del Plan Café, luce en total abandono, no se culminaron ni las viviendas, tampoco la escuela ni el módulo de barrio adentro. Las familias viven en completa pobreza, muchas personas están enfermas y desnutridas. No hay servicios públicos; la luz se va frecuentemente. Los precios del café no cubren ni 50% de los costos de producción y muchos productores están en la ruina", denunció Maximiliano Pérez, presidente de la Asociación Nacional de Caficultores de Venezuela.

La meta del Gobierno con el Plan Café, concebido en 2004 por el entonces ministro de Agricultura, Arnoldo Márquez, era lograr una producción de 3 millones de quintales y que el rendimiento pasara de 6,6 quintales por hectárea a 17,5 en 4 años, con una inversión inicial de 882,1 millones de bolívares fuertes (antiguos millardos).
Igualmente se pretendía elevar la siembra y renovar el plantío: "Mantener 135.000 hectáreas cultivadas, renovar 15.000 hectáreas y fundar 50.000 nuevas hectáreas, y de éstas 5.000 de café orgánico, durante tres años en 15 estados", indicaba el plan presentado por Márquez. Cambios en el ministerio y en las decisiones gubernamentales hicieron que este plan pasara a ser dirigido por el entonces Ministerio de Economía Popular, presidido en 2005 por Elías Jaua. Mientras por un lado se daba financiamiento, el precio del rubro estaba desfasado y no se garantizó la subsistencia de las familias productoras. "Este ha sido el Gobierno que más ha invertido en el sector, se ha dado mucho dinero pero no se ha controlado ni se ha vigilado, y entonces nos preguntamos ¿dónde está el dinero; se ha invertido realmente?, ¿dónde están las cooperativas y las torrefactoras?, eso no existe", expresó, Rosa Santoromita, representante de la Unión de Caficultores de Mérida, quien sostiene que el problema del sector siempre ha sido la falta de un precio rentable y sostenible. "Lo importante es que como productores podamos obtener las ganancias suficientes para cubrir los costos y garantizar las necesidades mínimas que como seres humanos merecemos. Pero al no tener un buen precio los caficultores estamos en la miseria, en decadencia, se abandona el cultivo y muchos migran a las ciudades".
Recientemente, el Plan Café regresó a manos del Ministerio de Agricultura, pero los productores padecen problemas sociales y económicos que se reflejan en una producción cada vez más lejana a la meta de los 3 millones de quintales. Los productores y la industria indican que en la cosecha 2008-2009 sólo se lograron producir 1,1 millones de quintales (40.000 toneladas) y hay un déficit de entre 300.000 y 500.000 quintales para atender el consumo hasta octubre, cuando comienza la otra recolecta.
Por su parte, el Gobierno mantiene que fueron más de 1,6 millones de quintales los que se cosecharon para una producción de 72.000 toneladas. "Estamos a la mitad de lograr la meta del Plan Café", sostiene el viceministro de Economía Agrícola, Richard Canan. La ocupación, hace una semana, de las empresas Fama de América y Marcelo y Rivero que comercializa Café Madrid, El Peñón y Aroma, desató el debate sobre el rubro. Por un lado, el Gobierno acusa a estas industrias de ser cómplices del contrabando de extracción de 10.000 toneladas hacia Colombia y, por el otro, las empresas indican que no participan en prácticas de comercio ilegal y que el único problema que tienen es la falta de materia prima para procesar. Aunque la ocupación temporal durará 3 meses, el presidente Hugo Chávez solicitó preparar el estudio para la expropiación, una vez que culmine la intervención. A su juicio, estas empresas han creado un monopolio al tener 80% del mercado de procesamiento del café. "Pasarán a manos del Estado, a manos del pueblo", sentenció. Buscando culpables. La caída de la producción, el incumplimiento de las metas del Plan Café, la pérdida de recursos, la baja rentabilidad económica del cultivo, los problemas sociales que enfrentan los productores, el comercio ilegal del grano que se vende al doble en Colombia, y una amenaza latente de escasez del producto procesado en los anaqueles, tenía que tener un chivo expiatorio. La respuesta del Gobierno fue intervenir entre la noche del domingo 2 de agosto y la madrugada del lunes 3 las plantas de Fama de América y Marcelo y Rivero. "Estas empresas compraron hasta 3 y 4 veces más café del que necesitaban, dejando a las pequeñas torrefactoras sin el producto y ahora dicen que no tienen materia prima para procesar; esto es como un jueguito y nadie dice dónde está el café. Tenemos serias presunciones, no podemos decir en cuál de las empresas, pero en algún nivel de la cadena, hay una política de contrabando de café hacia Colombia", denunció el ministro de Agricultura, Elías Jaua. Dijo que constantemente estas empresas y algunos productores han tratado de chantajear para que les autoricen un alza de hasta 36 bolívares fuertes por kilo del café molido, que está regulado en 18,17 bolívares fuertes. Aunque en principio se responsabilizó a las industrias de acaparar el café verde, la decisión del Gobierno de proporcionar parte de los quintales de la reserva estratégica demostró que efectivamente existe un déficit de materia prima. Una crisis avisada. Los ministerios de Agricultura, Alimentación y Comercio y la Vicepresidencia de la Republica tienen varios informes enviados por los industriales procesadores de café desde enero de este año, en los que se advertía que la producción era deficitaria y había que tomar medidas para evitar que el grano se agotara a partir de agosto. Constantemente, las industrias entregaron a la Superintendencia de Silos, Almacenes y Depósitos (SADA) los reportes semanales de cuánto se estaba procesando y qué cantidad había en existencia del producto molido y de materia prima. Anualmente se requieren más de 1,6 millones de quintales (sacos de 46 kilos cada uno) para poder atender la demanda del producto, que es de 139.000 quintales al mes. Uno de los informes enviados al Gobierno en mayo señala que desde finales de 2008 se alertó que la cosecha caería alrededor de 20%, y por ello la Superintendencia de Silos ordenó crear una comisión para hacerle seguimiento a la situación. Las cifras de este organismo para finales de abril indicaban que había un inventario de 653.851 quintales, y de éstos 342.916 quintales estaban en poder de las empresas privadas. Esa cantidad sólo alcanzaría para dos meses y medio. Para esa fecha, Café Venezuela, empresa de la Corporación Venezolana Agraria, perteneciente al Estado, tenía 78.517 quintales y un grupo no identificado de procesadoras manejaba 219.000 quintales, según el Ministerio de Agricultura. Por otro lado, el ministerio declaraba que entre mayo y agosto se recogerían 101.000 quintales que estaban pendientes en el campo. Los representantes de la Asociación Venezolana de Industriales del Café, que agrupa a las grandes procesadoras, y Asicaf, que afilia a las pequeñas y medianas industrias, discreparon tanto de los 219.000 quintales que presuntamente manejaba un grupo de empresas, como de los 101.000 quintales pendientes por cosechar. Se alertó en mayo que 70% de las pymi se quedarían sin café verde para procesar y estarían fuera del mercado en 15 días. El último reporte de agosto de Asicaf revela que 11 torrefactoras están paralizadas por falta de materia prima. En carta enviada a los ministerios y al vicepresidente, Ramón Carrizález, se advirtió de este problema. "La situación como la hemos presentado es de suma gravedad. Responsablemente les manifestamos que de no tomarse medidas urgentes, tendremos una situación inminente de crisis de suministro durante los meses de agosto, septiembre y octubre, ya que estimamos que el déficit actual de café verde puede estar en aproximadamente 500.000 quintales", señaló la industria.
Problema de vieja data
Taza servida al contrabando
Los productores y los empresarios indican que el problema del contrabando de café es recurrente en el país, debido a los bajos precios nacionales que se pagan por la cosecha (Bs F 470 por saco), mientras en Colombia se ha llegado a cotizar hasta en 2.000 bolívares el quintal en los últimos meses. Pero indican que es imposible que 10.000 toneladas del producto se vayan sin que autoridades como la Guardia Nacional y la Superintendencia de Silos, que emite las guías de movilización, no lo hayan percatado. "El contrabando es una realidad y no entiendo cómo lo vienen a descubrir hasta. ¿Quién cuida la frontera?, porque según palabras del ministro Jaua se fueron 10.000 toneladas, eso no pasa en el fondo de un maletín, sino en gandolas y tiene que ser gente con mucha influencia. Esto hace quedar mal al Ministerio de la Defensa", dijo Rosa Santaromita, productora de Mérida. No justifican el comercio ilegal, pero advierten que no se ha cumplido lo acordado en la junta nacional del café de 2004 donde se decidió que cada año, el 15 de septiembre, el precio del grano se ajustaría a la inflación para garantizar la sostenibilidad del rubro.
Lo dijo
"Necesitamos tomar café todas las mañanas, porque si no nos alteramos y nos irritamos; es decir, se produce un cambio en la conducta, y los capitalistas saben eso y chantajean con el tema del café todos los años" Eduardo Samán Min-Comercio
La Cifra
1.500 toneladas de café serán importadas desde Brasil. Desde 2004 el vecino país no vendía este grano a Venezuela, informó el Ministerio de Desarrollo Agrario brasileño