sábado, febrero 05, 2011

En ocho años de regulación los precios de los alimentos han subido 663%


EL NACIONAL - Sábado 05 de Febrero de 2011 Ciudadanos/1

Ciudadanos

MERCADOS Y CONSUMO En ocho años de regulación los precios de los alimentos han subido 663%
Los consumidores reconocen que los controles acentúan la escasez

51,3% de los encuestados por Datanálisis afirma que hay fallas en el abastecimiento de alimentos

KATIUSKA HERNÁNDEZ
LUZANGELLY MEDINA
khernandez@el-nacional.com
Lmedina@el-nacional.com





La escasez de productos de la cesta alimentaria se ha vuelto crónica en el país. En enero, los anaqueles de los supermercados reportaron fallas en el inventario de leche en polvo, carne de res de primera, aceites comestibles, café, azúcar y margarina. Además de la ausencia de algunos alimentos, los consumidores sufren la falta de marcas de toallas sanitarias, pañales, champú, crema dental, enjuague bucal, papel higiénico y servilletas, entre otros productos de cuidado personal.

Un estudio realizado por Datanálisis entre 800 personas revela que 51,3% de los entrevistados afirma que la situación de abastecimiento de alimentos en los lugares donde realizan normalmente las compras para su hogar es negativa. La medición, que se realiza desde agosto de 2007, reporta picos de escasez de productos.

En febrero de 2008, 76,6% de los entrevistados sostuvo que el abastecimiento de productos era negativo, en septiembre de ese mismo año el porcentaje bajó a 61,2. En julio de 2009 se ubicó en 59,5% y en marzo de 2010 en 68,2%.

Se advierte que a causa de la devaluación, la falta de productos que dependen de insumos importados, que antes se pagaban a la tasa cambiaria de 2,60 bolívares y ahora se compran en el exterior a 4,30 bolívares, podría acentuarse.

Además, hay un rezago entre los costos reales de producción y los precios regulados. El kilo de carne de res cuesta 17,60 bolívares desde agosto de 2008.

Los ganaderos sostienen que los costos se han elevado y que la producción nacional no es rentable y, en lugar de ajustar los precios, el Gobierno ha optado por importar, pero la devaluación también pone en riesgo el abastecimiento del producto traído de Brasil y Argentina.

En el caso las pastas de trigo, el último aumento se produjo en mayo de 2009. Las agroindustrias reportan en 21 meses de precios congelados pérdidas por el alza de la materia prima internacional, mano de obra, costos de producción, inflación interna y el efecto de dos devaluaciones.

Los aceites comestibles de maíz, mezcla y girasol tienen 20 meses sin aumentos. En junio de 2009 el Gobierno decidió bajarlos y, ahora, se registran altos costos de producción por el encarecimiento de la materia prima, salarios y otros componentes.

El control de precios fue aprobado el 6 de febrero de 2003 y publicado en Gaceta Oficial el 11 de ese mismo mes. En 8 años de aplicación, la inflación no se ha frenado. El índice nacional de precios al consumidor registró una aceleración de 376% entre febrero de 2003 y diciembre de 2010, y los alimentos y bebidas no alcohólicas se incrementaron 663%. En ese período además, los salarios subieron 544% y los aumentos de precios en los rubros regulados no compensan los altos costos de producción.

A favor y en contra. La percepción de los consumidores, en general, es que el control de precios no ha logrado abaratar el mercado. José Hernandez, consumidor de Abastos Bicentenario, sostiene que la regulación causa escasez. "El precio de los alimentos está regulado, pero es difícil conseguir los productos. No hay harina de trigo, ni aceite, ni mayonesa. Muchos comerciantes informales aprovechan la ausencia de estos productos para venderlos al doble de su precio".

Para Marta Medina el control de precios es una utopía.

"Nadie cumple la regulación, muchos productos de cuidado personal y limpieza del hogar suben cada 3 meses al igual que algunos alimentos. Deberían regular todos los productos, no sólo los básicos. ¿De qué sirve un aumento anual de salarios si cada mes todo sube?". Nicole Rojas, consumidora del Central Madeirense, no opina lo mismo. Cree que el control de precios es una medida perversa: los empresarios no invierten y pierden con la producción de alimentos regulados y mientras se encarecen los productos excluidos. "Prefiero que liberen los precios para que exista una mayor variedad y competencia", destacó Rojas, quien criticó que mientras a los empresarios los sancionan por violar la regulación, a los buhoneros no se les aplica la ley.

Hugo Gómez, consumidor del Abasto Bicentenario, explicó que está de acuerdo con el control de precios porque de otra forma el dinero no le alcanzaría. "Se debería regular todos los productos como los pañales, que cada día están más caros".

Para Francisco Piquer el control de precios genera nerviosismo en los consumidores y agrava el desabastecimiento de productos. "No ayuda a bajar la inflación, ya no hay producción nacional, todo se está importando y escasea. Esta semana no conseguí mayonesa y el otro problema es que ante la desabastecimiento algunas personas compran cantidades exageradas de productos para prevenir y se empeora la situación".