miércoles, septiembre 22, 2010

En Venezuela consumidores compran menos


Economía EL NACIONAL 22 de septiembre de 2010

MERCADO Precios de artículos de consumo masivo crecieron 38,8%
Ventas de productos lácteos cayeron 7,6% en un año

Nielsen reporta disminución en la demanda de condones, cepillos dentales, champú, talco y desodorantes

KATIUSKA HERNÁNDEZ

Las ventas de productos de consumo masivo en Venezuela decrecieron en el último año, según el estudio de la consultora Nielsen que evalúa el volumen de demanda y precios de 102 categorías que se comercializan en supermercados, hipermercados, abastos, farmacias, perfumerías, kioscos, panaderías, licorerías y ferreterías.

El informe indica que 49% de los 102 productos evaluados, registró una reducción en los volúmenes de ventas en 11,5%. Los consumidores, entre julio de 2009 y julio de 2010, compraron menos cantidad, pero pagaron en promedio 38,8% más, debido al alza de los precios de los rubros no regulados.

Por cesta de productos, los lácteos reflejan la mayor caída entre julio de 2009 y julio de este año, con una contracción de 7,6% en el volumen de ventas.

El reporte señala que estos alimentos entre los que se incluyen quesos, leche larga y corta duración, yogures y otros derivados, fueron afectados por la situación de emergencia eléctrica.

Menos chucherías. Otra de las categorías que registra un descenso importante ­4,3%- son los llamados productos impulsivos, aquellos que se compran más por antojo que por necesidad. En esta cesta se encuentran chucherías, helados, pasapalos, dulces, galletas, chicles y otros. Entre los denominados misceláneos como bolsas plásticas para la basura, papel aluminio, ollas, utensilios de cocina, electrodomésticos y otros equipos, se reporta una caída de 7,6% en las ventas.

Los artículos de cuidado personal también reflejan una reducción en la demanda en 2%, mientras que los precios en promedio se elevaron 61,6%. El reporte de Nielsen indica que decreció la venta de toallas húmedas para bebes, cepillos de dientes manuales y eléctricos, artículos de protección femenina, condones, champú, tintes, hojillas, talcos, desodorantes, enjuague bucal, productos de cuidado facial y corporal y acondicionadores.

El informe muestra que el consumo de alimentos básicos subió 11,1% y los precios variaron 19,6%, debido a que la mayoría están regulados. Entre los rubros que más se vendieron figuran las pastas alimenticias, mezclas para cachapas, avena, cereales, embutidos, jugos larga duración, salsa de tomate, arroz, sardinas, mayonesa, harina de trigo, aceites, azúcar, café, y queso fundido.

Mientras que se mantuvo estable la demanda de harina de maíz, salsa para pastas, salchichas, jugos pasteurizados, maltas y pan industrial.

En cuanto a la distribución de las ventas, de cada 100 bolívares que se gastaron, 29 se destinaron a pagar alimentos, 10 a artículos misceláneos, 9 bolívares a productos de mantenimiento del hogar, como detergentes y limpiadores, 10 bolívares a la compra de productos impulsivos como pasapalos, 17 bolívares para artículos de cuidado personal y 25 bolívares a bebidas no alcohólicas como refrescos y jugos.

lunes, septiembre 06, 2010


EL NACIONAL - Lunes 06 de Septiembre de 2010 Economía/4

Economía
AGRO Caficultores claman por medidas de reactivación y mejores precios

En 9 años la producción de café en Venezuela se redujo 41,3%

De 1,45 millones de sacos que se cosechaban en 2000, el país pasó a 850.000 el año pasado

KATIUSKA HERNÁNDEZ

Estadísticas de la Organización Internacional del Café indican que la producción venezolana se redujo 41,3% en 9 años. De 1,45 millones de sacos que se cosechaban en 2000, el cultivo pasó a 850.000 sacos en 2009.

Coincidiendo con el Gobierno actual, en el año 2000 la producción fue de 1,45 millones de sacos y en 2006 registró un máximo de 1,57 millones de quintales. Pero la falta de incentivos, bajos precios, ausencia de una política de comercialización efectiva y la desviación de recursos del llamado Plan Café, provocaron que la cosecha se viniera abajo.

La reducción de 41,3%, según la ICO, desmienten las afirmaciones del ministro de Agricultura, Juan Carlos Loyo, quien dijo que la producción ha crecido 12% en 10 años. Las exportaciones de este rubro, que se situaron en 504.000 quintales entre 1995 y 1996, fueron mermando hasta llegar a cero.

Gobierno importador.

Fedeagro afirma que Venezuela, de ser un país con una historia exportadora de 230 años, pasó a importar más de la mitad del consumo. Se calcula que 650.000 sacos han entrado entre octubre de 2009 y julio de este año, de Brasil, Nicaragua y El Salvador.

El Ministerio de Comercio Exterior de Brasil señala que entre enero y julio de 2010 las ventas de café en grano a Venezuela se situaron en 16,8 millones de kilogramos, equivalentes a 365.217 quintales, que costaron 59,42 millones de dólares.

En el mismo período llegaron 141.000 quintales de Nicaragua por un valor de 22,1 millones de dólares, según cifras del Centro de Trámites de las Exportaciones de ese país.

También se negociaron 50.000 sacos de El Salvador.

Costos desiguales. El café importado por Ejecutivo a través de CASA, Corporación de Abastecimiento, cuesta entre 380 y 450 bolívares el quintal, más el flete y el seguro. El nacional está regulado entre 480 bolívares (el corriente) y 585 bolívares el lavado A o de mejor calidad.

El abandono de las fincas ha motivado que los costos nacionales sean elevados. Además, las importaciones gubernamentales son más baratas porque pagan con un dólar a 2,60 bolívares. Mientras los insumos, fertilizantes, agroquímicos y maquinaria suben de acuerdo con la inflación, y los equipos importados se traen a un dólar 4 veces más caro.

Un estudio de la Universidad Lisandro Alvarado, del estado Lara, determinó que el costo de producir un quintal de café es de 1.342 bolívares, con un rendimiento de 30 sacos por hectárea. Advierten que más de 70% se va en mano de obra.

Consideran que para garantizar la sostenibilidad del sector, el quintal debería aumentar a 920 bolívares, el tipo corriente, y a 1.600 bolívares el de más calidad. Los productores proponen al Gobierno que pague un subsidio a la industria, para que no suba de manera desmedida el precio al consumidor.

miércoles, septiembre 01, 2010

Cultivo amenazado

AGRO Bajos precios de los cereales y deudas con la banca amenazan la rentabilidad del sector

Cosecha en riesgo

La producción de maíz y arroz comienza a salir de los campos, pero continúan las importaciones

KATIUSKA HERNÁNDEZ

khernandez@el-nacional.com
Acarigua


El Gobierno ordenó la compra masiva de arroz y maíz. Los barcos llegan de Estados Unidos, México, Argentina, Ecuador y Guayana, porque la estrategia es “evitar un sabotaje en plenas elecciones”, argumentan en el Ministerio de Alimentación.

Las consecuencias de esta política de “puertos abiertos” la pagan los agricultores nacionales, que en plena cosecha están alarmados porque aún no tienen definidos los precios para cubrir los costos de producción, y poder cancelar las deudas. Además, temen quedarse sin cupo en los silos y almacenes, y que se retarde la recepción porque las industrias están llenas de producto importado.

El reporte de los puertos indica que han entrado 723.987 toneladas de maíz amarillo entre enero y julio, y más de 300.000 toneladas del cereal blanco.

En agosto, la aduana de Puerto Cabello recibió 185.000 toneladas de maíz blanco y 200.000 del amarillo. En el caso del arroz se calcula que las importaciones alcancen 400.000 toneladas de paddy, este año.

Las compras externas las realiza directamente el Gobierno a través de CASA, Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas. Esta empresa se encarga de despachar a las agroindustria privadas y públicas de acuerdo con el inventario que lleva la Superintendencia de Silos.

El Ejecutivo vende el arroz paddy importado a un precio subsidiado, mientras que el maíz blanco se cotiza al precio oficial de 920 bolívares por tonelada.

Las condiciones de pago son en promedio a los 30 días, pero en algunas ocasiones se ha exigido que cancelen a la semana de haber recibido la materia prima.


Hombres de maíz. En Portuguesa, principal estado cerealero del país, se han encendido las alarmas. Semanalmente entran camiones que descargan el rubro procedente de Puerto Cabello, La Guaira y hasta de Guanta. Son pocas las empresas que se han comprometido a recibir el cereal nacional.

Los productores no entienden por qué en Caracas el ministro de Agricultura, Juan Carlos Loyo, no quiere hablar de precios de los cereales, cuando desde marzo se discutieron los costos de producción y el entonces viceministro, Richard Canán, les aseguró que estaban listos para aprobarlos.

Adán Antonio Guanipa tiene 65 años de edad y se ha dedicado casi toda la vida a producir en su parcela de 50 hectáreas. Cosecha maíz en el ciclo de invierno y girasol en verano. Señala que este año sembró confiando en que el Gobierno aprobaría a tiempo el aumento de precios para compensar las pérdidas que se generaron en 2009 por la fuerte sequía.

“Trabajamos, producimos y no ganamos nada. La carretera está en mal estado. Yo le digo al Gobierno que somos productores y vivimos de esto, que nos aumente los precios porque los fertilizantes valen mucha plata, ya el maíz no vale nada y uno va a comprar una harina y la consigue en 4 bolos”,

Afirma que es injusto que se esté importando justo cuando se inicia la cosecha de maíz. “Este Gobierno cuando comenzó dijo que aquí se iba a producir todo, pero resulta que ahora están trayendo todo de otros países, eso no es justo, porque si yo no produzco mucho no gano. Cuando hay buen precio uno se anima a trabajar”, agrega.

José Carmelo Narváez considera que las 40 hectáreas que produce están en riesgo si no se garantiza una rentabilidad de la cosecha. “Trabajamos con las uñas porque no se puede de otra forma. Cada día los insumos son más caros, si no se cubren los costos seguiremos endeudados y será difícil volver a sembrar”, añade.

David Pérez, también agricultor, señala que en este sector hay años buenos y otros malos. Produce en promedio 3.300 kilos por hectárea y considera que sin un precio sostenible es imposible invertir y ampliar la capacidad de producción. “Hacen falta políticas de Estado para mejorar la vialidad, los sistemas de riego y que se garantice la comercialización del rubro”, apunta.

Los productores del estado Portuguesa piden que se ejecuten las obras de dragado del canal piloto, por donde pasa el rio Acarigua, debido a que el nivel del agua está a punto de desbordarse por la sedimentación, y peligran las hectáreas sembradas de maíz que están en las riberas.

La ausencia de rentabilidad en el sector ha mermado la capacidad de producción porque los agricultores no cuentan con suficientes recursos para comprar maquinaria, garantizar la compra de repuestos y tecnificar el cultivo.

“Se están invirtiendo aproximadamente 4.050 bolívares por hectárea, en insumo se gastan 1.600 bolívares por hectárea, incluyendo semillas, fertilizantes y agroquímicos. En la parte de fertilización el promedio es de 700 bolívares, a lo que se suma el costo de cosecha y mano de obra, entre otros. Entonces con el precio actual del maíz, en Gaceta Oficial de 920 bolívares por tonelada, no hay rentabilidad para el sector”, argumenta Pérez.

Señala que con la incorporación de nueva tecnología y mejores precios puede subir la producción.



Grano partido. En el caso de los productores de arroz, la cosecha lleva semanas y afirman que este año las hectáreas sembradas se redujeron en 46% por falta de estímulo.

Luis Gustavo Salazar, agricultor de 76 años de edad y más de 50 en la actividad, en Turén, dice que es insostenible mantener los precios congelados. “Hay una cantidad de problemas, por un lado el clima que a veces no ayuda, también el rendimiento cayó demasiado. Se están cosechando 3.000 kilos por hectárea, los repuestos están muy caro”, alega.

Salazar, que posee 55 hectáreas sembradas de arroz, de las cuales 12 comenzará a cosechar en 2 semanas, refiere que sin un precio justo no podrá cubrir los costos y los créditos. “El año pasado no tuve el rendimiento esperado, por la fuerte sequía, pero este año que me anime a sembrar no tenemos un precio adecuado”.

Moisés Ríos, del municipio Anzoátegui del Estado Cojedes que colinda con Portuguesa, asegura que este año la semilla y los insumos entregados por el Gobierno llegaron tarde. “Hemos tenido una situación bastante precaria porque pocos fueron los que recibieron financiamiento a tiempo. Se tuvo que hacer una siembra particular porque no dieron más insumos y muchos productores tuvieron que comprar en las casas comerciales privadas. La situación es grave y los precios del arroz siguen igual que la cosecha pasada, pero la semilla, los agroquímicos y la maquinaria sube. Uno echa los números y no dan las cuentas”, expresa Ríos.

Explica que trabajan alrededor de seis meses entre la etapa de preparación de los suelos, la siembra y la cosecha, y la remuneración es escasa. “Cuando vemos las ganancias, son pocas. En esos seis meses ya uno se ha comido el dinero y no se han pagado los créditos. Seguimos en la lucha y esperamos que esto mejore”.

Moisés Ríos sostiene que en la zona está Pdvsa Agrícola con el programa de siembra, pero los proyectos no terminan de arrancar y hay muchos productores que se quedaron esperando sin poder trabajar este año.

Eduardo Cassani, que tiene 130 hectáreas en el municipio Páez, sector San José del sistema de riego Las Majaguas, estado Portuguesa, señala que el sector está en crisis debido a los altos costos de las semillas y de los fertilizantes, el aumento salarial, la devaluación y la eliminación de los subsidios. “En lugar de generar estímulos a la producción nacional de arroz, vemos una política de Estado equivocada que se ha dedicado a importar”, afirma.

Destaca que es necesario que se respete al productor del campo, indistintamente del tamaño de la propiedad que desarrolle y de su condición socioeconómica. “Es necesario que se apruebe un incremento de precios, basado en análisis de costos que se han discutido desde mayo”.

La Gaceta Oficial indica que la tonelada de arroz está regulada en 1.200 bolívares, pero este monto no cubre el alza de los costos de producción en más de 80%.



Carta a Chávez



Productores esperan

discutir precios



En la carta enviada la semana pasada por Fedeagro y los productores agrícolas al presidente Hugo Chávez, proponen que debido a que los costos de producción se han incrementado en más de 80% y los agricultores están en mora con la banca, deberían aumentarse los precios de los principales rubros regulados como maíz, arroz, sorgo, café y caña de azúcar.

En la carta piden que la tonelada de arroz paddy se fije en 1.700 bolívares, la de maíz blanco en 1.600 bolívares y el amarillo en 1.480 bolívares. Mientras que para el café señalan que debería reconocerse el rezago que tiene el cultivo y aprobar un alza para llegar a los 1.250 bolívares el quintal del tipo C.

Hasta ahora el gremio no ha recibido respuesta. El fin de semana el ministro de Agricultura y Tierras, Juan Carlos Loyo, declaró que estaba dispuesto a reunirse con los productores agropecuarios para definir los precios que recibirán por la cosecha actual de cereales y otros rubros regulados. “Estamos preparados para dar esa discusión”. Pero hizo la salvedad de que no conversará con quienes a su juicio están haciendo política.