domingo, octubre 22, 2006

Domingos con el fútbol


Cuál será la magia que atrae a los hombres a sentarse 90 minutos frente a un televisor. O ir a un estadio a ver patear un balón. No tengo idea.

Personalmente me he dejado llevar por esa magia. Mi primer trabajo comenzó justo con el mundial de fútbol del 98. No seré una especialista pero comienzo a entender el contra golpe, el fuera de lugar, los remates desde la esquina, la chilena, el tiro al primer o segundo palo y por lo menos los nombres de 5 o 6 equipos de las ligas Española, Italiana e Inglesa subsisten en mi memoria.

He visto en el estadio jugar a la Vinotinto contra Argentina, Brasil, Ecuador y Australia. Al Deportivo Táchira contra el Caracas y al equipo de fútbol femenino de la Católica contra sus homólogas del Caracas. Un Real Madrid - Deportivo La Coruña y la caimanera de los chicos que pasan el tiempo en la cancha del Centro Comercial La Villa en Montalban II.

Por eso, un aplauso a quienes dejan todo por ver un partido de fútbol y otro aplauso a las miles de mujeres que aunque no nacieron con esa magia en el corazón, han aprendido a querer el deporte Rey y se conforman con ser el tercer tiempo en el corazón de sus jugadores predilectos (amigos, novios o esposos).

Dedicado a mis panas de Caracas y Londres que se calan la liga española e inglesa cada fin de semana porque ellos se lo merecen. Total sólo son los fines de semana o un mes cada 4 años.

2 comentarios:

Alexis Correia dijo...

El fútbol es evasión. Es olvidarse durante 90 minutos de Chávez y de Rosales, de la obligatoriedad de ser adulto y tener que ganarse el pan. Cada partido, bueno o malo, es un cuaderno de páginas en blanco.

Anónimo dijo...

Querida amiga, procederé a exponerte lo que para mí es, eso que tiene el fútbol y tú llamas “magia”.

Un partido de fútbol representa la vida misma. Es la eterna lucha del hombre por sobrevivir, un partido de fútbol es la lucha del hombre contra sí mismo, contra sí mismo porque debe vencer sus propias fronteras tanto físicas como psicológicas si eso es lo necesario para ganar. Es la vida misma, porque puedes ver a un grupo de hombres (equipo) luchando contra otro grupo de hombres, que aunque juegan en conjunto y hasta con un uniforme, tienen responsabilidades individuales, (eso no es lo que hacemos todos los días en nuestra vida?).

Un partido de fútbol posee el valor humano más grande, como lo es el espíritu de sacrificio, pues de nada vale que seas el goleador del torneo o el “mejor” jugador si tu equipo no gana. Pero el fútbol también es injusto en muchas ocasiones (otra similitud con la vida), ya que a veces hacemos el papel de Portero, aquel protagonista del cual todo el mundo se olvida porque al fin y al cabo no mete goles que es lo que da la alegría… no te has sentido así alguna ves? Sabiendo que eres el mejor, pero todo el mundo habla es del gol que metió el delantero en el minuto 92 para ganar… a veces juegas lesionado y todo te sale bien, en otras ocasiones juegas a tu 100% y todo te sale mal.

El fútbol es la eterna preparación, el nunca estar conforme, el instinto de superación humana que nos ha caracterizado como especie durante toda nuestra existencia en el planeta.

Puedes pasar de la alegría más sublime a la tristeza más profunda y desgarradora en solo un minuto, puedes ser en un momento el héroe para todo un país y en el momento siguiente el villano que quieren crucificar. Todo dentro del mismo partido… entonces qué diferencia hay entre 90 minutos y 90 años de vida? Creo que ninguna.

Katy, lamento desilusionarte pero estas equivocada, el fútbol no tiene magia… la magia es el fútbol. La misma magia que es nuestras vidas.