Por estos días quienes no fueron a la playa, abarrotan los centros comerciales de la capital. El Recreo es un buen ejemplo. Las salas de cine totalmente repletas, aunque la cartelera no ofrece grandes películas. Los restaurantes de comida rápida con gran afluencia de comensales y los taxistas aprovechando a cobrar con sobreprecio con la excusa del asueto.
Son pocos los ciudadanos que acuden a los templos, aunque hay un grupo importante de fieles a la tradición que siguen el ritual de la cuaresma. El dilema para muchos ya no está en creer o no creer, sino en gastar o no gastar. El santo consumo se impone en la semana mayor.
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