lunes, enero 29, 2007

La vida de periodista (V) Víctima de mis titulares


La vida de periodista no es tan distinta a la de las demás personas. Creemos tener cierta verdad entre nuestras manos, pero en realidad a veces sólo tenemos una parte de ella.

Escuchaba la radio camino a casa en la camionetita a eso de las 8:00 pm y un locutor decía: “Desalojaron a los invasores” y yo pensé inmediatamente “pero esa información la supe hace una hora” de que este locutor la anunciara como un tubazo (una exclusiva noticiosa).

El mundo está tan informado que la gente está saturada de noticias. A mi juicio, es tan peligrosa la falta de información como el exceso de ella. Algo que puede ser relevante en su momento y tener muchas implicaciones puede dejar de “serlo” en un abrir y cerrar de ojos.

A veces somos víctimas de nuestras propias noticias. “Van a subir los precios”. “No hay caraotas”. “Se paraliza la venta de viviendas”. No hay titular que no implique un impacto directo o indirecto en nuestras vidas.

Lo más cumbre de todo es que intentamos ganarle a nuestros propios titulares, pero cuando nos damos cuenta también estamos dentro del malévolo círculo de los afectados por algún tema. Como yo aquel sábado del discurso presidencial. Me la pasé corriendo de un lado a otro para tratar de comprar una nevera antes de que los precios aumentaran más. Luego de recorrer en moto-taxi comercios en San Martín y La Candelaria me dije: “Qué coño estoy haciendo, soy víctima de mi propia noticia, corro a comprar un producto antes que me agarre un aumento de precios especulativo”. Sólo por ese día (13 de enero) desistí.

Pero el siguiente sábado estaba como un clavelito intentando de nuevo ganarle a la inflación. Creo que lo logré, conseguí una nevera con un precio “aceptable” un día antes de que se anunciara la posibilidad de aumentar la gasolina. Me pregunto ahora: ¿quién le da las herramientas a los especuladores? ¿Por qué sube y baja el condenado precio del dólar con respecto al bolívar? ¿Quién juega con mis churupitos?

¿Es esta la mano peluda del mercado capitalista salvaje o la estrategia del socialismo del siglo XXI para que todos seamos igual de pobres? ¿O las dos cosas?

Lo único que sé es que la lavadora que necesito no sabe de ideología política, pero marcará otro precio cuando tenga dinero para comprarla. Y luego dicen que la caída de la bolsa, la nacionalización de Cantv y de las eléctricas (retroceso en las acciones de estas empresas) y el anuncio ahora no es anuncio sino estudio, que no afecta la economía. Bueno, no la economía de ellos, pero la mía sí.

viernes, enero 19, 2007

La vida de periodista (IV) Las mujeres de la revolución

El pelotón de la revolución "femenina"

Mientras se discute si hay o no paraiso sin tetas o con tetas, otras mujeres andan con una Kalashnikov en el hombro. Estas fotos las tomé el sábado 13 de enero en las afueras de la Asamblea Nacional, mientras transcurria el discurso de Chávez sobre la memoria y cuenta 2006 y yo esperaba cazar a algún ministro para hablar sobre la habilitante y las leyes económicas.

Ellas son las nuevas protagonistas de esta revolución. Con el arma lista para repeler al enemigo "imperialista, fascista, terrorista, golpista y bellavista" como dice mi pana Dakar.

Quizás a ellas no les interese mucho si hay o no silicona suficiente en el mercado para atender la alta demanda. Tienen una Kalashnikov con la cual entretenerse mientras escuchan detenidamente y comiendo un chicle, el discurso de su máximo líder, comandante en Jefe Hugo Chávez. Asi están las cosas en el socialismo del siglo XXI, un modelo que parece darle armas a las mujeres. ¿De qué nos quejamos entonces? Eso no era lo que queríamos las mujeres: El poder. Ah bueno...

Me vo en la obligación de aclarar que por allá por mis 12 años de edad, quise irme a estudiar bachillerato en el liceo militar 4 de agosto en Colón, estado Táchira. Idea que nunca llegué a concretar, porque no había los recursos para financiar semejante sueño de una adolescente. Asi que tampoco es que critique ahora al pelotón femenino. Sólo es que esta es la nueva imagen que comienza a explotar la revolución. Una Fuerza Armada con nombre de mujer. ¿Qué les parece?

domingo, enero 14, 2007

La vida de periodista (III) sigo con los actos de Chávez


No soy de las que se alarma con mucha facilidad con los anuncios del Gobierno. Casi siempre aplica la presión en algunos sectores y la suelta en otros (bien sea porque se ha olvidado de ellos o porque ha llegado a acuerdos que los hace intocables “por los momentos”).

—De esto hay unos cuantos casos, y si no analicen por qué no se toca a otros medios o por qué no se mete con ciertas empresas—.

Por ejemplo de la nacionalización total en los negocios de la Faja del Orinoco, paso a aclarar que se harán convenios para que las empresas petroleras (en su mayoría gringas), sean sociales del Estado venezolano. Estas empresas pasaran a compartir los riesgos y los beneficios del negocio petrolero con el Gobierno, que por supuesto mantendrá la mayoría pero igual habrá dinero parejo.

Me he pasado casi 2 días seguidos en las afueras de la Asamblea Nacional (por trabajo), junto “al soberano” escuchando y viendo a Chávez en pantalla gigante, es normal que surjan muchas incógnitas en mi:

¿Esta ola de nacionalismo y ataques a la propiedad privada, me tocará personalmente algún día?

Los más extremistas y opositores a ultranza me dirían: Claro que sí, te expropiarán hasta el alma. Esto será una nueva Cuba.

Los defensores del proceso me dirían: Se está haciendo justicia social y se está acabando con los privilegios de las clases económicas.

¿Y qué debo hacer?

Repuesta de los opositores: Quedarte en el país y unirte a la resistencia activa. O irte de esta mier... que se vino abajo.

Repuesta de los chavistas: unirte al proceso y reconocer los logros de la revolución.

Repuesta de los ni ni: Seguir trabajando y ocuparte de tus asuntos mientras se pueda.


Particularmente el sábado cuando Chávez habló de regular los sueldos y dijo que se tenía que acabar con esa guachafita de que cada vez que se aumenta el salario mínimo se tienen que revisar e incrementar el resto de los sueldos, me quedé pensando ¿qué impacto puede tener una medida como esta en quienes estamos asalariados, pero en el sector privado?

Si Chávez llega a decretar que cuando se aumente el salario mínimo no se revisarán las demás escalas salariales, no faltará más de un empresario privado VIVARACHO, que entonces tomará literalmente esto, para no discutir nuevos ajustes en el resto de las bandas salarias de sus empleados.

Quizás algunos trabajadores se resguardan con sus contratos colectivos para presionar nuevos aumentos, pero aquellos que no tienen sindicato y que no los ampara un contrato colectivo quedarán amarrados por este nuevo socialismo del siglo XXI que en lugar de igualdad pareciera que pretende la desigualdad y la desmejora de la calidad de vida.

¿Será que esa igualdad significa que aunque te pasaste más de 5 años en una universidad y te quemaste las pestañas estudiando o te rompiste el lomo trabajando para poder pagarte unos estudios y obtener un título, tienes que ganar lo mismo que una empleada doméstica? (ojo sin descalificar este trabajo).

¿Es ese el socialismo del siglo XXI? Unos andando en camionetas importadas y dándose la buena vida y otros pelando bolas y comiendo un cable.

miércoles, enero 10, 2007

La vida de periodista (II) La toma de posesión




Allí estábamos, en la esquina de la Iglesia de San Francisco, justo enfrente de la Ceiba de San Francisco. Estuvimos a punto de hacer un juramento: "Juramos seguir siendo periodistas hasta que nos dejen escribir, y luego ¡a correr!", algo asi hubiese sido.





Fue inevitable con ese baño de soberano y no sólo de pueblo, sino de sol que nos dimos, pensar en qué carajo hacemos siendo periodistas en tiempos de Chávez y por qué seguimos en un país como éste que va rumbo a un socialismo que no terminamos de asimilar o nos hacemos los locos para no preocuparnos más de la cuenta.


Compañeros de los diarios El Univiersal, El Nacional, Últimas Noticias y Unión Radio para qué nos paramos a un lado de la iglesia, con qué objetivo, ¿para escuchar el discurso de Chávez y salir corriendo detrás de algún funcionario público para tratar de entrevistarlo y que diga la clave del socialismo del siglo XXI? eso fue lo que hicimos.


Cuando estabamos en la caza de noticia salió de la Asamblea Nacional el ministro de Energía y Minas, Rafael Ramírez, impecable de pie a cabeza, (si yo fuese Roland Carreño identificaría el traje que vestía, pero no tengo ni la más mínima idea de moda). Lo primero que pensé cuando lo vi correr con sus guardaespaldas en medio del soberano, fue "¿y ese ministro así vestido piensa liderar un socialismo del siglo XXI en el que todos seremos iguales? ¿Cuánto ganará Ramírez, se rebajará voluntariamente el sueldo?". Pasó de largo el funcionario y no pudimos averiguar los detalles de la nacionalización de los proyectos de la Faja del Orinoco.

Le siguió el ministro de Agricultura, Elías Jaua. Él si se dió un baño de soberano, sus guardaespaldas no le abrieron mucho espacio entre la gente por lo que se debió dar algún tropezón con alguien. Se fue en una moto, una imagen un poco socialista, no iba en el lujoso 4x4 de Ramírez, sino en una moto, quizás era china, no me fijé, se fue volando.


Dejándo el dramatísmo, y quizás la tensión que nos puede causar el discurso incendiario, amenazador y "esclarecedor" (este último calificativo lo dijo Cilia Flores), que dió el presidente Chávez sobre EL CARRO DEL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI, que tiene ahora 5 motores (la Habilitante, la reforma de la Constitución, Moral y luces, es decir la educación, el reordenamiento territorial y finalmente la expresión o explosión comunitaria-no escuche bien-), estuvimos allí presentes en los alrededores de la Asamblea Nacional. Se me olvidaba, cuando salió Juan Barreto, una chavista roja rojita le grito: ¡Aprovechen a saludarlo porque cuando esta en su despacho no conoce a nadie!

No hay nada más gratificante para un periodista que echarse un baño de calle. Ese periodismo que se practica sólo en la oficina y se convierte en "telefonodependiente" para hacer entrevistas, me da ulcera en el estómago, no niego que también lo tengo que practicar de vez en cuando, principalmente cuando los entrevistados solo se consiguen por esa vía. Pero cuando un periodista sale a la calle encuentra historias, encuentra la musa para escribir y se siente vivo. En cuatro paredes (por lo menos a mí me pasa), la creatividad se pasma.

lunes, enero 08, 2007

La vida de periodista (I parte)


Ser periodista en tiempos de Chávez.


Cada vez que hay líos y se le ocurre meterse con una empresa, con un gobierno extranjero o con quien sea, nos ponemos a millón a buscar todas las reacciones posibles sobre el tema. Siempre hay algo que hacer, nunca nos quedamos sin información.

Hay mucha tela que cortar. No hay descanso, es la verdad. Si los ministros salientes se quejan del trabajo que les da estar en el Gobierno, razón por la cual algunos que dejaron el cargo, ya tienen hasta licencia para casarse. Debo decir que quienes seguimos las ocurrencias del Gobierno tampoco descansamos.

En un día típico en la redacción, todos corren. Nadie se salva de escuchar al presidente y su discurso de turno. Y es que por más que queramos aislarnos no podemos, tenemos que estar allí escuchando todo lo que diga porque algo va a salpicar nuestro trabajo.

¿Qué dijo de Pdvsa?

¿Qué dijo de la CANTV?

¿Dijo algo de alguna empresa o una finca?

Y si no te tocó esta vez, la campana no te salva, seguro en la próxima alocución anunciará algo que te pondrá a correr y te pondrá otra vez a millón.

Por lo menos aún hay trabajo. “El día que no pueda escribir, veré que hacer”, le dije a una chica asturiana que compartía puesto conmigo en el avión de regreso a Caracas el 2 de septiembre del año pasado. Espero que ese día no llegue y que esté muy lejos si es que llega.

El periodismo no es una carrera —ya lo dice mucha gente—, es un oficio.

Nos pasamos los días y las noches sumidos en el mundo de las noticias, aún en casa hablamos del tema. Y si no queremos hablar nuestros familiares nos tocan la tecla o hasta un vecino en el ascensor del edificio.

No pretendo defender los intereses de un medio en particular. No tengo acciones de ninguno, pero me solidarizo con mis colegas periodistas que podrían quedar desempleados si cierran RCTV, debido a que no le será renovada la concesión. Al igual que con los compañeros que salieron de CMT, que aunque no la cerraron fue comprada por Telesur y muchos quedaron desempleados.

Los problemas políticos son eso, problemas políticos. Hay interés de lado y lado. Pero más allá de eso, el periodismo lo llevamos en la sangre y ni con el cierre de un medio por conveniencia política se callarán las voces.

Mientras tanto seguiré viendo, seguiré escuchando, seguiré escribiendo y espero hacerlo por mucho tiempo.

Una confesión: veo Globovision, veo VTV, lo veo todo.

Hablar sobre el periodismo es algo de cuidado, se pueden herir muchas suceptibilidades. Pero el país está en tal crispación que es bueno estar pendiente de lo que ocurre y dedicar un post al tema. Escuchando muchos rumores sobre el cierre de RCTV, alguien dijo "los peores enemigos del periodismo son los periodistas".

lunes, enero 01, 2007

Feliz 2007 desde las alturas






Por primera vez en mi vida pasé el año nuevo en Ávila Mágica. Caracas se veía hermosa desde la altura.






El cielo estaba totalmente despejado (entre las 9 de la noche hasta las 2 de la mañana), las estrellas se veían claritas, pude identificar fácilmente a Casiopea, Orión, la Osa Mayor y el Can Mayor. Hace como 2 años subí al parque sólo para ver cuando cae el velo de la noche y comienzan a brillar los luceros.

Gracias a unos amigos, pase del encierro en un apartamento a dar la bienvenida al año nuevo en la sultana de Caracas. Antes de subir al teleférico me quedé sorprendida por la cantidad de gente que estaba haciendo la cola para tomar los funiculares. La mayoría preparados con buenos abrigos, sillas playeras y hasta comida para realizar la cena de año nuevo.


Al llegar arriba, la caminería del parque esta abarrotada de gente. Familias enteras ya habían ocupado algunas mesas de camping. Con el ticket se tenía derecho a una copa de Champaña, doce uvas y un cotillón para celebrar. Todo el mundo andaba con su gorrito de fiesta o su sombrero de plástico, además de mascaras y sonajeros.


15 minutos antes de las doce mis amigos y yo, corrimos al mirador donde ondea la bandera para poder divisar mejor la ciudad. En uno de los fuertes vientos que hizo anoche, la inmensa tricolor se desprendió del asta, la gente comenzó a gritar “se fue, se fue, se fue. Se fue, se fue” con la misma melodía que hemos escuchado en los últimos años en marchas y actividades políticas, por su puesto con las respectivas variantes de frases.


Justo cuando dieron las 12 de la media noche los fuegos artificiales comenzaron a explotar por todos los rincones de Caracas. La vista se dificultaba un poco por la cantidad de personas que se aglomeraron tratando también de ver los estallidos. Alguien que estaba en el tumulto de gente dijo —parece un bombardeo como el de Bagdad—, yo le respondí “afortunadamente no lo es”.


Y así recibí el 2007, desde la altura. Ojalá puede repetir esta experiencia. No nos faltó la champaña y como cena de año nuevo una cachapa de queso guayanés y pan de Cádiz como postre. Fue imposible comprar chocolate con churro, la cola de personas era mayor que la de la autopista Francisco Fajardo en una hora pico jejejeje.

¡Dios ya comenzarán otra vez las colas en el 2007!