Estos días en los que Caracas está más colapsada que de costumbre, me ví en la imperiosa necesidad de irme de parrillera (pasajera) en una moto. Por su puesto mis pequeñas manos se aferraron tanto al motorizado que hasta tuve que pedirle disculpas por dejarlo casi sin respiración.
A medida que avanzaba la moto, no podia dejar de ORAR porque no se atravesara un carro y nos embistiera. Solo pensar que me podían golpear en unas de mis piernas (son mi tesoro) me dejaba sin respiración.
El trayecto desde la avenida Baralt hasta la avenida Andrés Bello de Caracas a las 3 de la tarde, sólo duró 15 minutos. En el camino 3 carros casi nos sacan de la vía. Normalmente cuando voy de pasajera en un autobús veo como los motorizados abusan y se meten sin permiso entre un carro y otro. Pero ver la vida desde una moto es otro cuento.
Te da cierta libertad andar para arriba y para abajo en dos ruedas. Y aunque mis nervios estaban a flor de piel, el motorizado trataba de calmarme contándome que desde los 6 años, comenzó a practicar el equilibrio en su bicicleta. Luego a los 10 aprendió a manejar moto y a los 18 ya manejaba un camión.
Total que me podía estar tranquila, estaba en manos del Alonso de la formula M de las calles de Caracas.
Y como le agarré el gustico a la cosa, este sábado para evadir las colas que se formaron por la Marcha de la Oposición, me fui desde la redoma la India en el Paraiso hasta Capitolio en moto taxi.
La carrera costó 8.000 bolívares y el tiempo fue de 15 minutos.
"Esta gente chavista no deja marchar en paz a la oposición señora", decía el motorizado.
Y es que la bella estátua de la India del Paraiso (cuyas curvas y cintura envidio profundamente), fue tomada por asalto por un grupo numeroso de motorizados que hacian alarde de sus destrezas de equilibrio (el famoso caballito sobre una sola rueda), mientras los opositores se iban agolpando para inciar la marcha.
Me imagino que no hubo ningún incendente que lamentar más que la presencia de ambos bandos tratando de ocupar su propio espacio.
Esta ciudad seguirá asi quizas hasta la primera semana de enero cuando las elecciones ya hayan pasado y el furor de la Navidad se vuelva a guardar en el closet con los adornos hasta el otro año.
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