En menos de una semana dos personas me han dicho que abra un blog anónimo para decir cosas que uno no se atrevería a decir con nombre y apellido.
El anonimato se ha convertido en un complicé y testigo de los sentimientos más sordidos o hermosos de los seres humanos.
Oculparse detrás de una identidad falsa pareciera que esta de moda y ya no estamos en la época de los espias. O por lo menos ahora hay otro tipo de espias.
Pero que podemos decir que no se haya dicho. Qué podemos hacer que no se haya hecho.
Ah claro, no nos atrevemos a enfrentar nuestras propias debilidades humanas, o nos da miedo expresar nuestros verdaderos sentimientos. Vivimos atrapados en un mundo de apariencias y preferimos guardarnos en una identidad falsa para poder actuar "libremente".
Será que podemos llegar hacer hasta putas cibernéticas. Podemos hablar y escribir cualquier cantidad de idioteces sin que el dedo amenazador de la sociedad nos juzgue.
El anonimato da cierto morbo. Pero por qué no dar la cara y decir las cosas como son.
Igual al que le de la gana de dar la cara, la dará y el que le de la gana de ocultarse se ocultará.
Vaya sociedad la que somos, siempre estamos viviendo de una apariencia y luego exigimos honestidad y sinceridad.
En fin.
Yo también he sido una anónima voluntaria o involuntaria.
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