Desde hace semanas estoy escuchando el rumor de que el Gobierno decretará una congelación general de precios de los bienes y servicios. La medida -según las fuentes-, buscaría evitar un alza de los precios que dispare la inflación y afecte la aplicación de la reconversión monetaria o eliminación de tres ceros al bolívar.
Mientras tanto, en los comercios sin duda la mercancía es más cara que hace unos días. La práctica normal en el mercado, es que los empresarios comiencen a prever el aumento de los precios de reposición de sus inventarios por parte de los proveedores (principalmente los que importan a dólar paralelo), y para hacer caja y volver a comprar, automáticamente le suben los precios a los bienes que tienen en existencia.
Con el cuento de la reconversión monetaria, muchos locales colocaron las etiquetas con las dos denominaciones, pero a su vez, aprovecharon para redondear hacia arriba la mercancía, colocaron precios como 24.899 y según la regla de la reconversión este producto entonces costará 24,90 bolívares fuertes, ahora habrá que esperar si el redondeo el mayor y se ubica en 25 Bs. F.
Esto lo ignora (a propósito claro), el Banco Central de Venezuela, que sigue marcando una inflación irreal. "Todas las industrias están esperando la congelación de los precios, por eso han aumentado el PVP de los productos que no están regulados", me comentó un especialista de ventas de una transnacional de alimentos.
A principios de mes, las empresas que elaboran jugos pasteurizados, bebidas lácteas (yogur) y otras saborizadas (chica), aumentaron los precios de sus productos entre 9% y 12% al consumidor final. La industria que procesa queso pasteurizado esta desesperada porque tiene altos costos de producción además de los problemas de escasez de leche cruda, y han solicitado un ajuste.
Las industrias que elaboran pastas alimenticias también se las ven negra. La última medida que tomaron fue reducir la producción del empaque de un kilogramo regulado en 1.740 bolívares, para sólo colocar la presentación de medio kilo en 1.080 bolívares y una variedad nueva con vitaminas a más de 2.400 bolívares. Las que elaboran harina precocida tratan de diversificar las categorías de sus productos con especialidades integrales o haciendo énfasis en la manufactura de alimentos que están fuera de la regulación.
En el Gobierno hasta los momentos no se ve señal de rectificación. Más de 25 alimentos básicos (en sus distintas presentaciones), tienen los precios regulados sin ninguna variación desde noviembre de 2004, pero la materia prima y los demás costos han subido en más de 100%. Se promete para estos días la publicación de una resolución en la Gaceta Oficial, con los precios regulados en Bolívares Fuertes, los más optimistas creen que el Gobierno aprovechará para ajustar los montos y reconocer que se está produciendo con margenes de ganancia muy estrechos y en algunos casos en cero y concederá un aumento. Los pesimistas creen que se decretará la congelación. Mientras tanto, yo tomo un descanso de las noticias esta semana y veremos que pasa antes del primero de octubre cuando se inicia la primera fase del BOLÍVAR FUERTE.
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